Pese a que ayer, en el duelo entre Melipilla y Copiapó, hubo jugadores de hasta dos metros de estatura, fue una mujer de no más de 1.60 la que más se resaltó. La sola presencia de María Belén Carvajal (37) en la cancha de La Pintana fue una singularidad para el fútbol profesional criollo, pero que lo haya hecho como árbitra del encuentro la continuó transformando en historia viva.
Ya había debutado antes dirigiendo a varones. Fue en 2018, en el duelo entre Independiente de Cauquenes y Colchagua, por la Segunda División. Pero ayer lo hizo en la Primera B, la segunda categoría chilena, en un duelo que los nortinos dieron vuelta al final (1-2) y donde inevitablemente ella fue protagonista.
Vestida de calipso y negro, pelo tomado, de un rostro serio, casi enojado, la mundialista supo hacer retumbar su silbato e instrucciones. No fue una tarea sencilla: la cuestionaron y le gritaron por sus decisiones, nada nuevo para una de las funciones más ingratas del fútbol.
Y es que dos de los tres goles del partido llegaron gracias a los penales que cobró, uno a cada lado. Primero sancionó para el local (45′), permitiendo que Gonzalo Sosa convirtiera desde los 12 pasos. “Estás para ayudarla, no para cagarla”, reclamó el espigado Stefan Pino al cuarto árbitro, Jorge Oses, quien le aconsejó cobrar ante sus dudas iniciales. La presión fue constante hacia la terna, con los jugadores implícitamente buscando desacreditar, al calor del juego, el rol de la jueza. Pero Belén estuvo lejos de intimidarse.
Al iniciar el complemento, el forastero reclamó un penal, pero ella no lo vio, se desentendió. Pese a las enfurecidas quejas, se mantuvo estoica y continuó dirigiendo, aunque minutos más tarde sí llegaría la pena máxima a favor de Copiapó. “¡Profe, se equivocó, se equivocó!”, protestaron los metropolitanos. “¡No, no me equivoqué!”, les respondió ella con carácter. Esa vez cobró sin dudar. Juan Jaime, a los 63′, fue el que empató para los nortinos.
A Carvajal solo le faltó mostrar una tarjeta roja para que todo hubiese ocurrido en su debut en la Primera B. Mostró siete amarillas, dos para Melipilla y cinco para Copiapó, abultadas pero necesarias en un duelo que finalmente terminó dando vuelta el forastero, que más allá del resultado, pasó a la historia por marcar un nuevo hito en el deporte profesional chileno y, sobre todo, en la lucha por la igualdad de género.
De hecho, la participación de la profesora de educación física causó tanto interés que las autoridades llegaron a verla en acción. El presidente de la ANFP, Pablo Milad, junto a la alcaldesa de la comuna, Claudia Pizarro, estuvieron en la tribuna.
Más tarde, Milad junto a la Ministra de la Mujer y Equidad de Género, Mónica Zalaquett, quisieron coronar la jornada con un homenaje en la sede de Quilín. “Para mí, dirigir mujeres u hombres es lo mismo. Ambos se hacen con profesionalismo y eso es lo que se debe evaluar”, recalcó Carvajal. Otra histórica, en un año marcado por el despertar femenino.