20 años tuvieron que pasar para que Chile nuevamente tuviese un hombre compitiendo en el tenis de mesa olímpico. Ahora era el turno de Nicolás Burgos, quien tenía apenas tres años cuando se llevó a cabo Atenas 2004.
Un cambio generacional brillante para la disciplina, quien en París 2024 tendrá tres representantes. El único masculino Burgos, quien debutó este sábado ante el kazajo Kirill Gerassimenko, uno de los preclasificados de la competencia. El asiatico, gran favorito, además llegaba con basta experiencia olímpica, ya que dijo presente en Río 2016 y Tokio 2020.
Burgos en cambio era debutante, teniendo que lidiar también con las expectativas y el nerviosismo. Eso se sintió en los primeros sets, donde Gerassimenko ganó sin problemas. Jugó agresivo, aprovechando además los errores del chileno, quien estas últimas semanas se tomó las redes con un vídeo donde sorprendía a su madre con unos pasajes para acompañarlo a la capital francesa.
Cuando más cerca estuvo fue en el tercer set y precisamente perderlo fue un golpe fuerte. No logró reponerse en la cuarta manga y se quedó fuera del sueño olímpico en su debut.
“Son mis primeros Juegos, estoy orgulloso de estar acá. No tenía planificado que estos iban a ser mis primeros Juegos. Tenía la expectativas de hacer un buen partido, sabía que no era el favorito pero sentía que podía hacer algunas cosas. Tuve mis oportunidades de remontar pero no se logró”, relató Burgos tras su eliminación.