Byron Castillo abandona el campo de juego en el último partido del Barcelona entre lágrimas. En el duelo frente al Aucas lo estaba haciendo todo mal. De hecho, es él quien pide la sustitución después de haber cometido el penal que amplió la desventaja del equipo guayaquileño. Está evidentemente afectado y mostrando los efectos que le ha producido la controversia en la que está envuelto: su discutible nacionalidad tiene a Chile, Ecuador y Perú enfrentados en los tribunales de la FIFA por un botín nada menor: el cupo en el Mundial de Qatar.
“Sácame, sácame”, le imploró Castillo a Célico, quien más tarde analizaría la situación por la que está atravesando su dirigido, una circunstancia que en Chile encontró una respuesta muy distinta. “La mejor respuesta, la mejor defensa, será siempre la verdad. No puede haber miedo en hablar la verdad, pues la mentira normalmente tiene vida corta y puede cobrar una cuenta pesada en el futuro”, respondió Eduardo Carlezzo, el abogado que lidera la ofensiva legal chilena, a El Deportivo.
Célico, en cambio, prefirió la comprensión. “Byron Castillo es una víctima del poder mediático de los tiempos modernos. Tiene una carga anímica terrible. Para mí es admirable que solamente se ponga a entrenar... Seamos un poquito más dóciles. Tratemos los temas con más cuidado, hay un ser humano detrás”, declaró después del partido.
Pide clemencia
Célico es el principal testigo de cómo la presión que enfrenta ha destruido a Castillo. “El chico tiene una carga muy difícil de sobrellevar. Es más, para mí es admirable que se ponga a entrenar. Desde el tema de la federación, de los medios, de la lucha que hay, si es, si no es, si hay juicio o no hay juicio, sumado al otro problemita que le surgió antes del viaje que tuvimos a Venezuela”, resumió. La última alusión responde a un juicio de alimentos con presunción de paternidad, registrado en la Unidad Judicial de Familia, Mujer, Niñez y la Adolescencia, asentado en el cantón Rumiñahui, bajo el número 17205-2022-00211, el 21 de febrero de este año.
Por todo, el estratega pide clemencia. “Entonces, seamos un poquito más dóciles, todo el mundo. Cuando veía lo que le pasó me dio mucha pena. Por eso no sale antes. Yo no hago el cambio porque sabía que era un golpe mortal y ahí viene el penal. Prefiero quedarme con la faceta de ser humano y no quedarme con un simple resultado”, implora. La petición está orientada incluso al periodismo local. “Les pido que hagamos el tratamiento de los temas con más cuidado. Hay un ser humano detrás de cada uno de nosotros, de ustedes también. De todos, del señor que vende la entrada. Hay cosas que duelen y hay que tratar de ayudar. Byron tiene, repito, una carga emotiva muy difícil de sobrellevar, que es hasta admirable cómo lo está haciendo”, concluye.