El sábado 22 de agosto, Mauricio Isla pisó suelo sudamericano por primera vez como jugador de un club del continente. Parece increíble, pero no lo es. El Huaso se formó en Universidad Católica, pero no alcanzó a debutar en el primer equipo de los cruzados. Su retorno a esta parte del mundo lo encuentra en la etapa más madura de su carrera. Empieza a consolidarse en Flamengo, el campeón continental y brasileño vigente, con 32 años y una trayectoria europea que en Río de Janeiro le reconocen y le aplauden. El Fenerbahce fue su última estación. Antes estuvo en el Udinese, la Juventus y el Cagliari, en Italia; el Queens Park Rangers en Inglaterra y el Olympique de Marsella, en Francia. Un currículo de lujo. El Mengao viene a completarlo.

La expectativa el día del arribo fue tal que un grupo de fanáticos del Rubo Preto llegó al aeropuerto Galeao para darle una bienvenida de rockstar. No fueron demasiados, como podría esperarse para el arribo de una nueva estrella a un club que dice tener 40 millones de seguidores y ser el más popular en el mundo, pero hay que valorar el esfuerzo y el riesgo en un escenario inédito: en plena pandemia y bajo fuertes restricciones sanitarias. En el club dicen que la presencia de aficionados en la terminal es un comportamiento habitual cada vez que llega una nueva figura, pero que en el caso del chileno se justifica también por el respeto a su carrera. “Cuando es un jugador de esa trayectoria, más todavía”, dice una fuente institucional. El arribo fue transmitido a través de Fla TV, el canal oficial de la entidad en Youtube. Se registraron varios miles de visitas.

Isla, quien recibe los primeros aplausos por las actuaciones que ha cumplido en sus cuatro primeros partidos en el club, el último en la victoria rojinegra en el clásico carioca ante Fluminense, también puso de su parte para que el cuadro tuviera una composición ideal: lució la camiseta que iba a usar, y mascarilla y gorra institucionales. Más tarde develaría la numeración que llevaría: el 44. Parece peculiar, pero se explica porque junta dos veces el número favorito del carrilero. Aquel con el que, a modo de ejemplo más cercano, ha actuado tradicionalmente en la Roja. Las imágenes que dejó jugando en el Mundial de 2014 por la Selección constituyen, precisamente, el principal motivo por el que llega a su nuevo hogar con honores. Las redes sociales del club explotaron. “Hubo gran actividad en nuestros perfiles Twitter y en Facebook ese día”, sostienen en el Mengao. Se siente en casa. “Tenía una propuesta de Boca Juniors, pero la propuesta de Flamengo fue muy rápido, tanto para mi familia como para mí. Mi mujer quedó encantada y les agradezco a ellos por hacerlo así. Ahora, estoy muy feliz acá. Cuando dicen que Flamengo es un top es por algo y ahora lo estoy viviendo”, dice en una entrevista al club antes del clásico frente al Fluminense. En Boca, eso sí, aún no le perdonan el desaire. Juan Román Riquelme, uno de los vicepresidentes xeneizes lo llamaba seguidamente para tentarlo. Aún espera que el chileno aparezca por Ezeiza.

Hoy el Huaso tiene estatura de crack. Atrás queda el recuerdo de las veces que tenía que aguantar los gritos de Bielsa, pegado a su orilla. “Lo he dicho siempre: para mí ha sido el mejor entrenador que he tenido. Al principio me costó mucho, llegué a debutar en la Selección adulta y no aún en Udinese, pero yo no quería ir más a la Selección. Recuerdo una anécdota en la que él no me dejaba jugar tranquilo, me gritaba y gritaba todo el partido, y como soy lateral, lo tenía ahí en la banca. Por eso le decían Loco, por muchas cosas, pero es un entrenador extraordinario. Esos años que estuve con él me enseñó todo, gracias a él aprendí mucho”, enfatiza. A propósito de la Selección y de figuras consulares, hasta actúa como intermediario de otro. “Sería recibido como una estrella total por toda su carrera y claro que él podría jugar en cualquier equipo del mundo, tanto por su fútbol como su entrega sería muy bien recibido en todos lados”, responde ante la sugerencia de encontrarse con Arturo Vidal en el Fla en un futuro cercano.

Del avión al trabajo

Isla dio otras señales de esas que encantan. Minutos después de su arribo a Río de Janeiro, llegó a Ninho do Urubu, como es conocido el centro de entrenamientos del Mengao, para someterse a las pruebas médicas de rigor y ponerse a las órdenes del cuerpo técnico de Torrent. Un día después de su aterrizaje en Brasil, llegó con sus compañeros al estadio Maracaná y realizó ejercicios, pese a que no estaba habilitado para jugar. “Estoy muy contento de llegar a un club top de Brasil, que ganó todo el año pasado. Es una gran motivación para mí llegar a un club que siempre quiere pelear los títulos, con grandes jugadores de trayectoria. Estoy motivado y feliz por estar en un club poderoso como Flamengo”, declaró, para intensificar el naciente romance. Se sentía en casa: “El Maracaná es muy lindo, con un ambiente grande. Sabemos lo que representa y los partidos que he jugado ahí me ha llegado mucho. Le ganamos al campeón España en el Mundial 2014, ellos vinieron como campeones y nosotros le ganamos 2-0”. También entrenó en un día de descanso para el plantel, con el objeto de acelerar su adaptación.

La comunión parece total. Isla quedó maravillado con las instalaciones, las que comparó con las mejores que recorrió en Europa. Los hinchas están entusiasmados con su llegada. Y la prensa también la valora. “En Flamengo todos comprenden que es un refuerzo de altísimo nivel para sustituir a Rafinha. Tiene experiencia internacional y conoce la manera sudamericana de vivir el fútbol, por sus experiencias con la selección chilena”, dice Pedro Torre, quien cubre a diario las actividades del club para Espn Brasil. El mismo jugador que le abría el cupo aplaudió su llegada, un gesto considerable en una tierra pródiga en la producción de laterales del más alto nivel mundial. “Es un gran jugador. Busqué información con Vidal”, dijo. Con el Rey habían sido compañeros en el Bayern Múnich.

En el plantel ya suma amigos. Filipe Luis, ex lateral del Atlético de Madrid, y Diego, otro ex colchonero con paso prolongado por otros clubes europeos, se han encargado de darle la bienvenida y de procurar que esté cómodo durante la mayor parte del tiempo. El dominio del español por parte de ambas estrellas ha resultado el principal aliado para fortalecer la relación.

Vida de crack

Si la recepción que le brindaron en Río y la valoración que hacen de su trayectoria ya parecen de ensueño para el bicampeón de América con la Roja, las condiciones de vida que encontró en la urbe carioca refuerzan el acierto en la elección. A su llegada, Isla fue ubicado en un hotel en el exclusivo sector Barra de Tijuca mientras encontraba una vivienda definitiva, que ya consiguió. El club le provee automóvil y chofer.

El lugar es considerado el más seguro de la capital del estado carioca, por la ausencia de favelas y la existencia de amplia seguridad pública y privada. Cuenta con extensas áreas verdes, lagos y las mejores y más exclusivas playas de la ciudad. En el entorno encontrará centros comerciales de lujo y variadas opciones para la entretención. También una nutrida oferta gastronómica. El deporte es parte de la escenografía. Si optara por practicar golf, por ejemplo, podría hacerlo en el club que se construyó con motivo de los Juegos Olímpicos de 2016. La herencia de la realización del máximo evento de la actividad física a nivel planetario explica en buena parte la disponibilidad de infraestructura deportiva de primer nivel en el lugar. Su esposa, Gala Caldirola, también disfruta. Poco tardó en compartir las primeras imágenes sobre la blanca arena del fantástico lugar que recibe a Isla y los suyos.