Gamadiel García (40 años) está con la cabeza en Chile pero con los pies en el extranjero, ahora en Australia. Compromisos del cargo. El presidente del sindicato de futbolistas profesionales de Chile fue el adalid de que la semana pasada los jugadores se negaran a reanudar el torneo.
¿Qué le parece la activa posición de los futbolistas durante el estallido?
El fútbol es una expresión de la sociedad, una herramienta de superación, un deporte siempre ligado a la gente de esfuerzo, a la lucha constante por encontrar una vía de escape a los momentos duros de la vida. Y también es transversal, une. En esa lógica, los jugadores han mostrado un sentido social del cual estamos muy orgullosos como gremio.
¿Les ha costado encontrar una línea como sindicato?
Es lógico que existan opiniones diversas, pero nadie ha escondido el apoyo al complicado momento social que vive Chile. El futbolista es un trabajador como cualquier otro, que puede apoyar el contexto y vivirlo a concho, pero también regresar paulatinamente a sus actividades.
¿No han pensado marchar como sindicato de futbolistas?
Desde que se inició este estallido, el gremio clavó la bandera de lucha; puso el bien de Chile por sobre un deporte que debe adaptarse también a los cambios que nadie advirtió tan notoriamente. Luego, marchar tiene que ver más con una responsabilidad personal, de tiempos, de coordinación. Varios hemos salido a las calles.
¿Qué buscan como sindicato?
Nuestra esencia es velar por los derechos fundamentales de nuestros compañeros, y no nos ha importado pelearnos con cualquiera. Somos un gremio que tiene mucha fuerza. Buscamos más y mejores beneficios para nuestros afiliados.
¿Le gustaría que se fijara un sueldo mínimo para los futbolistas?
Nos gustaría más un convenio colectivo, en el cual ya estamos trabajando, donde se establezcan derechos básicos para la estabilidad laboral del deportista, estandarización de los torneos y seguros médicos.
¿El próximo fin de semana se vuelve a jugar sí o sí?
La asamblea fijó como condición que existiesen medidas mínimas de seguridad para la gente y para todos los trabajadores del fútbol. Nosotros también debemos volver a nuestras labores, como todos los chilenos, pero estoy seguro que primará el sentido común. Si existe riesgo para la integridad de nuestros compañeros no se debe realizar la actividad, es algo que se debe evaluar día a día.
¿Van a desafiar a la FIFA con mensajes políticos en la cancha?
Si el fútbol está consciente de que este estallido social no ha sido en vano, no habrá castigo ni una percepción extraña de los mensajes que se entreguen. Ir en contra de eso, sería un error de quien lo restrinja.
Las barras bravas llaman a boicotear el fútbol.
Esas variables tendrán que estar en la mesa de las autoridades regionales y de Estadio Seguro. Te ndrán que suspender si no existen condiciones mínimas, para eso hay informes de factibilidad. Reitero, por sentido común sabremos si se podrá jugar. Nadie quiere volver a la normalidad, por eso se sigue marchando.
Ustedes hablan, pero el fútbol es un ámbito evidente de desigualdad de salarios.
El fútbol refleja algunas diferencias que se dan en el mundo laboral. El mercado se regula por muchos factores, que poco a poco hemos acortado en favor de la igualdad. Los grandes, medianos y bajos sueldos existen en todos lados, por más que luchemos por lo contrario. Por ahora, nos interesa generar estabilidad en las divisiones de menos ingresos, que trabajemos con sentido social. Solo así haremos el círculo virtuoso.
Los jugadores que más animan al estallido social son los que más cobran. ¿No es populismo?
No hay populismo, el futbolista jamás desconoce sus raíces. Si gana dinero es por esfuerzo; la mayoría le ganó a la vida, a la pobreza.
Los que más gritan, no fueron capaces de repartir en términos igualitarios los premios de la Selección. O fueron castigados por delitos fiscales. O buscan cobrar en paraísos fiscales. ¿No es una contradicción?
Pero habla de diferencias que existen en cualquier campo laboral. El fútbol no está al margen de disputas internas, pero no por eso el jugador se pone en la fila del frente a la desigualdad social. Este deporte es muy noble, habiendo tenido siempre en lo personal un mensaje crítico al poder mal utilizado y la inequidad.
¿Sienten que es su triunfo no haber jugado este fin de semana?
Más que un triunfo, es un acto consecuente.
Unión Española recuerda que a los jugadores se les paga por jugar, no por entrenar.
Hay dirigentes, pocos, que reniegan de estas movilizaciones, porque toda la vida han gozado de los privilegios que tienen a este país dividido. El tiempo los pondrá en su lugar.
¿Cree que un futbolista como trabajador asalariado tiene el derecho a decir "no voy a trabajar"?
Cuando hay un contexto así, que tiene un fondo indesmentible, las manifestaciones de sentido común debiesen encontrar mejor eco y menos cuestionamientos. El fondo social supera cualquier capricho.
Y si los clubes deciden no pagarles... ¿Están dispuestos a no cobrar para cuadrarse con el estallido?
Hacer eso no tiene sentido, es apagar el incendio con bencina. La asamblea es consciente y quiere volver a jugar, pero reitero que el país entrega un escenario del que nadie puede estar ausente. Las consecuencias de ese tipo de actitudes están a la vista.
Independiente de Cauquenes se retiró y acusó al Sifup de abandono.
¿Abandono? Esa palabra no cabe. Ese dirigente debe derivar sus peticiones a la ANFP y no al sindicato. Esta asamblea, de la que todos participaron, ha sido consciente y tomó una decisión mayoritaria y en conjunto. Ante eso, nos nos moveremos.