"Me doblé un poquito, creo que tengo un esguince. Espero que no sea tan grave". Así, Alexis Sánchez explicaba el viernes el malestar que sintió en el tobillo izquierdo durante buena parte de la victoria ante Ecuador. De inmediato, su dolencia encendió la alarma en el interior de la Roja, donde lo mantienen en extremos cuidados para recuperarlo.
"Me volví a doblar el tobillo en un centro, me vendé y salí al campo de juego", había explicado el tocopillano tras la victoria ante los ecuatorianos. "Uno sale por amor, con una pastilla para el dolor. Creo que tengo un esguince, espero que nos sea tan grave. Me vendaron, jugué con dolor, pero salió el gol", confesó.
Y es que todo el cuerpo médico de la Selección se encuentra trabajando en su terapia, intentando recuperarlo para el partido que mañana enfrentarán contra Uruguay, por la última fecha del grupo C. Este sábado no se movió y solo se le vio con hielo en el tobillo.
Lo cierto es que Reinaldo Rueda quiere que Sánchez sea parte del once inicial. Su presencia en la cancha ha sido fundamental en las dos victorias chilenas en esta Copa América. Ganar a Uruguay es vital en las pretensiones de la Roja, que busca avanzar a cuartos de final como líder del grupo. Por ello es que mantienen en constante evaluación al delantero del Manchester United.
Ayer, al mediodía, la delegación nacional arribó a Río de Janeiro, donde chocarán con la Celeste en el Maracaná. recinto en el que la Roja derrotó por 2-0 a España, en la fase de grupos del Mundial de Brasil 2014. Alexis es ahora la gran preocupación.