El tongano tododeportista
Pita Taufatofua, tras pasear con poca ropa como abanderado del país polinésico, se estrena hoy en esquí de fondo. En los Juegos de Río compitió en taekwondo.
En la ceremonia de inauguración de Pyeongchang, un tipo que desfiló a torso desnudo y excesivamente aceitado en mitad del frío llamó la atención. Se protegía sólo con Ta'ovala, una tela que los tonganos se atan alrededor de la cintura durante ceremonias y actos diplomáticos, considerada el equivalente a la corbata en occidente. Era Pita Taufatofua. "Soy de Tonga; nosotros navegamos por el Pacífico. Esto no es nada", se justificó tras la ceremonia. Un personaje curioso, único representante de Tonga en los Juegos de Invierno, y que también portó la bandera y participó en Río 2016. Es el deportista al que recurre su país en todas las citas olímpicas, ya sean de invierno o de verano.
En Río 2016 cayó en la primera ronda del taekwondo, pero cumplió su sueño de representar a su tierra en unos Juegos Olímpicos. El arte marcial, sin embargo, no fue su primera opción para lograrlo.
Antes lo intentó con el rugby, el deporte rey de Tonga. Pero no tenía condiciones como para ser seleccionado nacional.
En Corea está para competir en los 15 kilómetros libres del esquí de fondo, la misma que corre el chileno Yonathan Fernández. Una disciplina que no tiene nada que ver con el taekwondo. El polinésico no opta a medallas, tampoco es su objetivo, al igual que en 2016. Simplemente quería volver a representar a su país en unos Juegos, pero ahora de invierno. "Después de Río decidí encontrar el deporte más difícil posible porque necesitaba un nuevo reto. El objetivo era hacerlo en un año, ¡y lo hice!", revela.
Es la determinación de un tipo que creció en la más absoluta pobreza, compartiendo habitación con sus seis hermanos. Dispuesto a salir de ahí junto a su familia, pero no como sea.
Le ofrecieron ser modelo, también actor. Pero el olímpico de todas las estaciones quería que su privilegiado cuerpo figurara en el deporte. Y tales son las capacidades atléticas de este polifuncional deportista oceánico, que un año y medio después de ponerse por primera vez en su vida unos esquís, está a punto de competir en unos juegos de invierno. Así lo desveló en un video que subió a sus redes sociales en diciembre de 2016 apenas sepropuso estar en Pyeongchang. Estaba muy justo de tiempo. Clasificó apenas, en el último suspiro.
Lo hizo recién en la última ronda clasificatoria, en Islandia. Ahí, en enero, poco más de un mes antes del inicio de la cita olímpica, terminó de juntar los puntos necesarios para entrar (la federación de esquí exige un puntaje mínimo para clasificar a los Juegos; si ningún atleta de un país lo cumple, se le quita el cupo a la nación). Y, de paso, logró convertirse en el primer deportista tongano en clasificar a unos Juegos de invierno.
Todo muy sacrificado, como le gusta a Taufatofua. Porque no hay otra explicación. Es que, al tener una madre australiana (incluso nació ahí), tenía opciones de haberse desarrollado como deportista de ese país, con mucha más oportunidades que Tonga. Pero pudo más el apego al lugar donde creció.
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