Sergio Vázquez (54 años), finalista de la Copa Libertadores 1993 con Universidad Católica, fue el último compañero de pieza que tuvo Raimundo Tupper. El defensa conversó por varias horas con el Mumo en el hotel Centro Colón de San José, en Costa Rica, durante su última noche en este mundo, antes de tomar la trágica decisión de quitarse la vida, hace ya 25 años. El recuerdo de esa charla aún emociona a Charly, como le apodaban al argentino.
¿Por qué compartió pieza con Tupper la noche anterior a su muerte?
Manuel Pellegrini me pidió si podía ir con Raimundo a la habitación y le dije que sí, que no había ningún problema. Al contrario, que yo me sentía bárbaro de estar con Raimundo. Fui el último en compartir habitación con él. Nadie me contó del problema que tenía Raimundo, pero sí me pidieron que fuera, porque él necesitaba distraerse un poco.
Ud. no sabía del problema de Tupper, pero el club sí...
Nosotros no sabíamos. Esa es la realidad. El 80 o el 90 por ciento del plantel no sabía que él la estaba pasando mal. Creo que fue una falla habernos ocultado eso. Uno lo que ve como una falla, pero en ese momento no había tanta información, tampoco se sabía lo que se tenía que hacer. Antes era como mal visto hablar de esos temas. Hoy es algo natural, pero en aquella época no se veía bien que se hablara de todo el tema sicológico.
¿Tenían sicólogo en el primer equipo de la UC?
La verdad es que no me acuerdo. Te mentiría si te contesto. Hoy es totalmente distinto. Cambiaron las etapas. Los años hicieron que el fútbol se profesionalizara y una de las grandes cosas que se hizo fue que se creara un área de sicología que ayuda muchos a los jugadores.
De haber sabido lo que pasaba con él, ¿podrían haberlo ayudado como plantel?
Hoy en día te digo que no. Realmente, no lo creo. Cuando alguien está mal y al punto de lo que decidió él, nadie lo habría podido ayudar. Es como una falla que no hubiésemos sabido, por ahí lo hubiésemos extendido un poco más. Él tenía algo que lamentablemente le afectaba y mucho, porque era una enfermedad grave. No creo que nadie lo hubiese podido ayudar.
¿Cómo fue esa última noche con Tupper?
Fue una charla muy extensa. Casi hasta las 7 de la mañana. Hablamos de todo un poco, de lo que él quería hasta de lo que no le gustaba. Fue una charla muy linda, extensa y muy difícil, porque se habló de todo. Son cosas que pasan. Por ahí tuve la suerte de charlar con él siete o nueve horas seguidas, no recuerdo cuánto fue. Escuché a alguien abrirse totalmente y contar lo que en realidad le estaba sucediendo. Yo creí que él iba a abandonar el fútbol, porque todo me hacía indicar que iba a pasar eso, y no la decisión que tomó.
No le dio ninguna pista concreta de lo que iba realmente a hacer...
No. Para nada. Él tenía sus problemas interiores, no los podía sacar al exterior, tampoco podía mejorarlos. Lamentablemente, lo vio desde el peor lado y tomó la decisión que tomó; solo él sabe por qué y no lo va a saber nunca nadie. Uno no sabe realmente lo que pasaba por adentro.
Haber sido el último compañero en compartir con él, ¿es una fortuna, un honor o un gran peso?
El que haya sido el último y que me dieran la última posibilidad de ayudarlo, durante muchísimo tiempo me afectó y mucho. Me costó entender que uno tampoco era culpable, porque no hizo más de lo que estaba al alcance, pero con el tiempo fui entendiendo que las determinaciones, cuando alguien está muy enfermo, las toma y no hay cómo revertirlas. Por más que hubiese sido un mago no habría podido ayudarlo. Eso lo tengo más que claro. Me costó y me cuesta, cada vez que veo una imagen o un video de eso. Lamentablemente, me emociono muchísimo. Me cuesta y me va a pasar toda la vida, porque fue alguien a quien quise mucho.
¿Cómo recuerda a Raimundo Tupper? ¿Cómo era su personalidad?
Lo recuerdo siempre de la misma forma, con una sonrisa en la cara, un tipo bárbaro, simple, humilde, que ayudaba mucho a la gente. Es la forma que tengo de recordarlo, aparte de ser un excelente jugador.
Se habla de que, pese a ser un jugador de clase acomodada, era muy sencillo y con conciencia social, ¿lo notó? ¿Era así el Mumo?
El Mumo siempre fue de tener conciencia social. El tipo ayudaba mucho a los chicos, a la gente grande. Era alguien especial. Una persona que pensaba más en los demás que en él mismo. Esa es la realidad.
A 25 años de su muerte, ¿qué sería del Mumo de estar con vida: entrenador, político, un profesional?
Si el Mumo estuviera hoy entre nosotros, sería la misma persona que fue hace 25 años. Ni político ni nada por el estilo, sería alguien que esté abocado a ayudar a la gente que lo necesita. Sería un gran padre de familia y un amigo ejemplar.
¿Hasta dónde cree que habría llegado como jugador?
Como jugador no sé hasta donde habría llegado. Creo que nivel para Europa tenía, porque jugaba por los dos andariveles. Era un jugador carismático. Para Europa habría andado bárbaro.
Después de 25 años, ¿sigue doliendo aquel momento?
Una desgracia. Todo lo que él me preguntó, me contó y me dijo, lo guardo para mí.
¿Qué representa la figura de Raimundo Tupper para usted?
Era una excelente persona, bárbara. Fue y lo será toda la vida.