B. Cortés: otra vez demostró que puede ser titular. Muy metido en el partido, aunque nada pudo hacer para evitar los goles rivales. Antes de la apertura de la cuenta, se mostró sólido en las intervenciones y en los achiques.
P. Díaz: fue el más bajo de la Roja. Más allá de que el juez sancionara como penal una mano suya inexistente, sufrió en demasía con los ataques de los marroquíes. Se ganó una tarjeta amarilla absolutamente evitable, por reclamar una falta en la mitad del campo.
G. Medel: sólido, como suele estar. Lideró la zaga y cerró espacios, además de darles constantes respiros a su escuadra. El más alto en su sector y de lo más rescatable del equipo de Eduardo Berizzo.
V. Huerta: lúcido en las salidas y en la recuperación, pese a que tampoco se salvó de los dolores de cabeza con los ataques adversarios. Correcto encuentro del zurdo, quien asoma como una de las opciones en la zona defensiva.
J. Delgado: Poco entró en juego. Prácticamente no tocó la pelota en el primer tiempo. Su tarea era proyectarse, pero pasó más en suelo propio. Estuvo lejos de mejorar en el complemento.
A. Vidal: opaco partido de uno que acostumbra a lucirse. Pese a registrar un tiro en el travesaño que estuvo cerca de significar la apertura de la cuenta, perdió la pelota en la jugada que terminó con el penal para Marruecos. En el segundo de los marroquíes, reclamó una falta inexistente.
E. Pulgar: fue de más a menos. Aportó en el quite, pero fue poco hacia adelante. Estuvo lejos de ser el protagonista que está llamado a ser en la mitad del campo.
C. Aránguiz: de los más rescatables de la Roja. Recuperó e intentó ser vertiginoso. No obstante, debió retirarse en el mediocampo, al verse evidentemente cansado.
N. Mehssatou: jugó con perfil cambiado y se vio muy incómodo. Marruecos se hizo un festín por su banda. Otro que no gravitó.
B. Brereton: complicó a los rivales con sus movimientos y fue uno de los que más presionó en territorio adversario. Tuvo un disparo en el vertical que era el 0-1. Se le vio muy huérfano en ataque en el segundo lapso.
A. Sánchez: insistió y aportó dinamismo, pero se vio desasistido. Debió retroceder a ratos para buscar generar algo más de juego, pero poco pudo hacer para conseguirlo. No fue suficiente para un Chile que poco y nada causó en el arco rival.