Uno a uno de Chile: la imprecisión de Vargas marca la tendencia de una Roja que se hunde en Buenos Aires

La Selección no pudo en su viaje a Buenos Aires. Pese a que el equipo de Ricardo Gareca aguanto un tiempo, y estuvo a centímetros de abrir la cuenta, en gol de Alexis Mac Allister fue suficiente para sepultar las aspiraciones de sumar algún punto en Buenos Aires, que se vieron sentenciadas con los tantos de Álvarez y Dybala.

Gabriel Arias: respondió cuando fue requerido cortando centros. No se complicó con los pies. Pudo reaccionar mejor en el segundo gol de Argentina (tiro de Álvarez).

Mauricio Isla: ya no marca la diferencia como antes, pasó cuando pudo, pero tomó malas decisiones. La pelota se desvío en él en el tercer gol.

Matías Catalán: buen primer tiempo del zaguero. Casi fue el héroe al cierre con un cabezazo al palo. En el segundo sufrió con los embates transandinos.

Paulo Díaz: jugó en su casa y fue una voz de mando cuando aún se aguantaba el cero. Luego no pudo evitar la caída del pórtico.

Thomas Galdames: le dieron la oportunidad ante la baja de Suazo y se le vio complicado.

Felipe Loyola: cuando tiene la pelota exhibe su técnica, pero no marcó la diferencia.

Rodrigo Echeverría: intentó manejar el mediocampo de la Roja, pero el poco contacto con la pelota lo complica. Se vio envuelto en varios líos con De Paul.

Marcelino Núñez: no logró generar chances ofensivas y fue sustituido temprano. Muy timorato a la hora de tomar decisiones. Se nota que aun no se consolida en Europa.

Darío Osorio: un caso similar al de Núñez, ya que tienen una sensibilidad distinta con el balón en los pies, pero no se atreven a intentar algo diferente.

Eduardo Vargas: ausente, impreciso y lento. El más bajo de la Selección.

Víctor Dávila: no tuvo ninguna opción para desequilibrar.

Williams Alarcón: tuvo una alta eficacia en sus toques, pero no logró romper líneas.

Carlos Palacios: la pidió constantemente en su ingreso y no se vio complicado por el ritmo.

Eugenio Mena: no gravitó en su ingreso.

Claudio Baeza: una desconcentración suya significó el 2-0 de Argentina, al perderla al borde del área.

Ben Brereton: solo jugó 10 minutos y con un equipo que estaba muy alejado de posiciones ofensivas.