Uno de los protagonistas del partido del miércoles por la Copa Libertadores en el empate 1-1 entre Gremio y Flamengo fue el VAR. El juez argentino Néstor Pitana recurrió en seis ocasiones al videoarbitraje para revisar las jugadas, muchas de las cuales siguen generando varias polémicas.
En este trámite, el árbitro detuvo el partido por un total de 20 minutos, de los cuales se recuperaron apenas 12 minutos, considerando el tiempo extra otorgado al final del primer y segundo tiempo. Un despropósito total.
De estas revisiones, tres fueron para anular goles. En los 19' se determinó el Gabriel realizó una falta en la previa del gol de Everton Ribeiro. Más tarde, en los 23', una posición adelantada de Gabriel obligó al juez central a revisar la jugada. Ya en los 81' Gabriel volvía a marcar. Pero tras la consulta respectiva al VAR, se anuló la anotación.
A estas jugadas se sumaron los goles de ambos equipos y una infracción de Michel a Gerson la cual fue sancionada con la cartulina amarilla, aunque la imagen mostró un planchazo evidente que bien pudo significar la tarjeta roja.
El VAR fue protagonista de las dos semifinales del torneo continental. El martes, en el duelo entre River Plate y Boca Juniors, el árbitro brasileño Claus sancionó un penal recién iniciado el partido por un aviso de la cabina arbitral, varios segundos después de haber ocurrido la infracción de Mas sobre Borré. Y en el final del partido, la revisión de una jugada de Capaldo sobre Enzo Pérez determinó la expulsión del primero, cuando en primera instancia el juez solo le había mostrado tarjeta amarilla. En ambos casos, la Conmebol publicó los diálogos que ocurrieron entre el propio referí y sus asistentes en la caseta, dejando en claro por qué se tomaron ambas determinaciones.