Byron Castillo da un nuevo paso en su carrera. Deja el Barcelona, donde se consolidó como uno de los mejores futbolistas de Sudamérica, y se incorpora al León, de México, en un paso adelante, sobre todo en materia económica. El lateral está contento, pero ni aún así olvida la controversia que lo ha transformado en el centro de atención en los últimos meses: la denuncia de Chile respecto de su inhabilidad para defender a Ecuador, que fue rechazada en primera instancia por el Comité Disciplinario de la FIFA, pero a la que aún le quedan dos instancias para terminar de resolverse: la Cámara de Apelaciones del organismo rector del fútbol mundial y el TAS, el máximo tribunal de arbitraje en materia deportiva.
El carrilero está sentido y lo ha dejado ver en cada una de sus intervenciones públicas. Poco antes de que se conociera el dictamen, recurrió a la letra de una canción para exteriorizar su molestia. Ahora, con el triunfo jurídico en la mano, les vuelve a enviar un mensaje a sus detractores, entre los que, con certeza, figuran los chilenos.
El dardo
“A los que me apoyaron, les agradezco mucho, los tengo en el corazón; a los que no, a seguir sufriendo”, manifestó en su primera declaración como jugador de los felinos. La alusión a la disputa con Chile resulta obvia, sobre todo después del lapidario primer dictamen.
Castillo no lo pasó bien durante el proceso. De hecho, durante un partido del Barcelona sufrió una crisis nerviosa que lo obligó a abandonar el campo de juego entre lágrimas, producto de la presión que estaba recibiendo. En esa oportunidad, recibió un fuerte ataque del abogado Eduardo Carlezzo, encargado de defender los intereses de Chile. “La mentira tiene vida corta y cobra una cuenta pesada en el futuro”, declaró el jurista.
Naturalmente, también dedicó palabras a su nueva institución, que tiene un lazo con Chile: pertenece al Grupo Pachuca, que también cuenta entre sus clubes a Everton. “Estoy contento de llegar a un equipo grande como León. Ahora ir a trabajar al 100% y estar mentalizado en todo lo que se viene”, sostiene, en el intento por enfocarse en el desarrollo de su carrera deportiva y por dejar atrás una polémica intensa, que lo convirtió en objeto de atención en todo el mundo.
El jugador, de 23 años, actuará por primera vez fuera de Ecuador, donde militó en el Norteamérica, el Aucas y el Barcelona. En la escuadra de Guayaquil, uno de los más populares del país, elevó su nivel al punto de convertirse en referente y de entrar en la lista de Gustavo Alfaro para la Tricolor.