El verdadero humo

Beñat San José
Foto: Agencia Uno.


Con estupor y pasmo hemos presenciado cómo en los últimos días, con una ansiedad y una pasión digna de mejor causa, las derrotadas fuerzas de la Asociación Chilena del Fútbol Prehistórico (la ACFP), han salido de sus refugios antediluvianos para retomar ciertos conceptos que ya parecían desterrados de esta comarca. Como esos antiguos virus que dejan de existir para siempre bajo el letrero de "país libre de"…lo que sea. En este caso, de humo. Del verdadero humo. Ese que los mismos integrantes de la mencionada secta trataron de endilgarle en los últimos años a visitantes extranjeros más dados a la modernidad, la obsesión y el exceso.

Casi les resulta. Pero siempre habrá gente dispuesta a desenmascararlos. Porque, he aquí el tema de fondo: el verdadero y único humo que flota sobre nuestras fronteras es el humo interno. El local. Un humo que, disfrazado de conceptos tan banales y fatuos como el "toque horizontal", el "ordenarse desde atrasito", el "no regalarse" o el "esperar al rival", trata de ocultar la verdadera intención del movimiento reaccionario: defender los tiempos antiguos de mediocridad y flojera, de cobardía. Se ha intentado, usando el viejo truco del péndulo, recuperar terreno tras el destrozo y la metralla recibida en la última década por los avances y los éxitos del Bielsismo y el Sampaolismo en esta patria. Pero no les será fácil. Aparte de sus fracasos y derrotas durante cien años de historia, muchos sabemos lo que se esconde detrás de ciertas prácticas: la defensa de lo "propio", la alergia al nervio y la pasión desmedida, la necesidad de no tomar riesgos para poder "vivir en paz". Los conocemos. Hemos convivido con ellos por años. Hay gente que nació para poner paños fríos, para no saltar el río, para dormir siesta. Y que no ha tolerado muy bien la llegada de fuerzas exógenas que nos enseñaron a ser distintos.

Es asunto de paladares me dirá usted. Sí y no. Porque los sistemas de juego son, efectivamente, diversos. Y todos válidos. Lo que no es aceptable es dar por sentado un discurso lleno de falsedades. Por ejemplo este clásico de la estulticia: "un técnico debe acomodarse a su plantel, ajustarse a lo que tiene". En buen chileno: es lo que hay. Completamente falso. El buen fútbol está lleno de historias que contradicen esa tesis. Los buenos técnicos no utilizan como excusa ni la juventud ni la vejez de su equipo. Intervienen sus planteles. Moldean y cambian a sus jugadores. Los utilizan como lo que son: materia prima, masilla que sirve para aplicar sus fórmulas de juego, sus convicciones, sus conceptos. Bielsa no dijo cuando llegó "voy a jugar de acuerdo a lo que tengo", sino "voy a hacerlos jugar como hay que jugar". Y enseñó, y modificó y renovó la cargas de identidad. Cambió de puesto a Medel. Cambió enteros a Beausejour, a Jara, a Isla, a Millar, a Carmona, a Valdivia, a Estrada. Y por eso fueron lo que fueron. Ellos y el equipo. Cuando Sampaoli llegó a la U no dijo "voy a jugar de acuerdo a la identidad de mi plantel". Todo lo contrario. Los hizo distintos. Y mejores. Marcelo Díaz, Rodríguez, Vargas, Aránguiz, Pepe Rojas. Todos fueron reprogramados. Porque se puede. Y no sólo se puede: ese es el rol de un entrenador. ¿Sanhueza no quiso cambiar? Para afuera Sanhueza.

¿Otra falsedad rayana en los gracioso?: "Ser equilibrado es defender bien". Por favor. Si no vamos a respetar la verdad futbolística, al menos respetemos el lenguaje. Equilibrio sólo significa…equilibrio. Atacar y defender en la misma medida y con el mismo interés. Punto. Si no atacas no tienes equilibrio. No se defiende "primero" y luego se ve si se puede atacar. Se ataca y se defiende en la misma medida y al mismo tiempo. Ser ordenado es moverse bien, arriba y abajo. Moverse, no "pararse". ¿Le va quedando claro?

También he escuchado por ahí que el fútbol "no es un espectáculo". ¿Perdón? Se cobra entrada. Se paga por ir a ver los partidos. Técnicamente, éticamente, profesionalmente, el fútbol es ante todo un espectáculo. Si por su propia flojera, comodidad y conveniencia, jugadores y técnicos han tratado de convencernos por años que lo único que vale es ganar o perder, esa es sólo una señal de que aún no entienden su trabajo. En el fútbol profesional existe la obligación -no la posibilidad-, de entretener, de divertir, de dar espectáculo. De llenar los estadios. De correr los 90 minutos. De buscar ganar. No es debatible.

Cierro con esto: la UC de San José juega de una manera un tanto gris, digamos…medida. ¿Legítimo? Obvio. Porque esa es la identidad, el sistema y la creencia de su técnico. Pero no vengan con la mentira de que juega así "porque no tiene más". Juega así porque quiere jugar así. Porque siente jugar así. Ya verá el público y los críticos si su propuesta merece aplausos o reproches. Cosa que, por lo demás, no depende sólo de si gana o pierde. Más respeto con el nivel de los argumentos.

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