El delantero Iñaki Williams estaba el día martes reunido junto a sus compañeros de la selección de Ghana en la Copa Africana de Naciones de Costa de Marfil esperando un resultado que les permitiera seguir en competición. Con apenas dos puntos y un deficiente tercer lugar en el Grupo B, el elenco cuartofinalista en Sudáfrica 2010 necesitaba que Camerún no venciera a Gambia y así poder acceder como uno de los mejores terceros a los octavos de final. Sin embargo, con la victoria de los Leones Indomables las esperanzas de continuar en carrera se esfumaron y los Black Stars quedaron eliminados sorpresivamente en la primera fase.
Con la eliminación ya confirmada, Williams cambió el chip y se mentalizó en llegar para el partido de cuartos de final de la Copa del Rey entre el Athletic Bilbao y el Barcelona. La misión no era fácil, ya que la distancia entre Abiyán (capital de Costa de Marfil) y Bilbao es de seis mil kilómetros y requiere de una escala previa. Por esto, el delantero viajó desde territorio marfileño hacia París, lugar en el que hizo escala para emprender rumbo con destino a Euskadi.
Con pocas horas para recuperarse de lo vivido en la Copa Africana y del extenso vuelo, el centrodelantero partió desde el banquillo. Allí fue testigo de como sus compañeros se pusieron en ventaja en los primeros 40´´ del duelo tras el tanto de Gorka Guruzeta. Con el liderato tempranero en el marcador, el elenco vasco vio como en una ráfaga de minutos (26´ y 32′) los de Cataluña pasaron adelante con un gol de rebote de Robert Lewandowski y un potente remate del joven Lamine Yamal.
Williams miraba con impotencia desde el banco de suplentes como se les escapaba el triunfo y la clasificación a semifinales de las manos. Pero la igualdad llegó rápidamente iniciado el segundo tiempo. Con un centro medido de Nico Williams (hermano de Iñaki) a la cabeza de Oihan Sancet en el área chica del Barça, el Athletic encontró el 2-2 a los 48´ y pudo encarar el resto del trámite con otra disposición.
El ingreso del internacional con Ghana se dio en los 60´ y el Nuevo San Mamés coreó su entrada convirtiendo el estadio en una absoluta caldera. Con llegadas para ambos lados -especialmente de Lamine Yamal que falló dos mano a mano- el partido no tuvo un grito de gol en los 90 reglamentarios, por lo que el pase a la ronda de los cuatro mejores se debía decidir en el tiempo extra.
Los hermanos Williams intentaron convertir asociándose en una de las primeras jugadas del suplemento, sin embargo, encontraron el lado de la red que no suma. El cansancio se empezaba a notar cuando llegó el 3-2 y el grito desaforado de la tribuna vasca: Jauregizar, jugador que acababa de entrar al terreno de juego, robó un balón a un distraído Sergi Roberto y asistió a Iñaki Williams, que tras un tiro en el palo, finalizó su propio disparo a los 105´+2´.
Con los Blaugranas volcados en ataque, los de Bilbao volvieron a arremeter y sentenciaron las acciones con un zapatazo del menor de los Williams a los 120´+1′. Con esto, el equipo blanquirrojo accedió a las semifinales de la Copa del Rey y dejó en el camino al Barcelona de un cuestionado Xavi Hernández. Una clasificación que vale oro para las pretensiones del Athletic, pero que sin dudas, destaca aún más por el gran esfuerzo que hizo Iñaki Williams para defender la camiseta del club vasco.
El elenco de Los Leones se enfrentará al Atlético de Madrid del Cholo Simeone por un boleto a la final que se celebrará en el Estadio La Cartuja de Sevilla. Por el otro lado del cuadro va el Mallorca y su clásico rival de la ciudad, la Real Sociedad.