Una de las grandes definiciones que enfrenta Blanco y Negro y que tiene en vilo a los hinchas de Colo Colo es la definición de la marca que vestirá al Cacique durante las próximas temporadas después del abrupto quiebre con Umbro, en una disputa que se encuentra en los tribunales, y que obligó a la concesionaria a salir a buscar a un nuevo proveedor y varias marcas se mostraron interesadas.

Después de semanas de análisis de diversas propuestas, ByN convocó a una reunión extraordinaria de directorio para este viernes, a las 17.00. Ahí se evaluarán las ofertas para tomar una decisión que apremia, ya que se necesita un margen para que la indumentaria pueda estar lista antes del 1 de enero de 2021. El timonel Aníbal Mosa y su bloque esperan conseguir US$ 20 millones por las próximas cinco temporadas, aunque hay otras voces en el directorio que ven con escepticismo que se alcance esa cifra.

Entre las exigencias que se les hizo a los oferentes, se encuentra la confección de una camiseta conmemorativa por los 30 años de la obtención de la Copa Libertadores, fecha que se cumple el próximo año, además de una especial por el centenario del club, en 2025. En ese sentido, un sector de la mesa ve con buenos ojos la oferta de Adidas, especialmente pensando en el éxito de ventas de otras prendas especiales, como las tricotas retro de la selección chilena.

Por otra parte, está la arremetida de Umbro, que está abierta a llegar a un acuerdo y no seguir judicializando el conflicto con los albos. La nueva postura de la marca británica es alabada por el bloque opositor. “Afortunadamente existen posibilidades de un nuevo acuerdo, con las alternativas que tenemos sobre la mesa, esperamos cerrar un buen contrato con alguna de las marcas interesadas, dentro de las cuales ahora igual está Umbro”, señaló hace unos días el director Alfredo Stöhwing, en entrevista con La Tercera.

Asimismo, el directorio tiene contemplado abordar el avance de los diversos temas judiciales, que todavía están abiertos, justo en medio de un ambiente en el que los dos sectores que administran la sociedad se encuentran más divorciados que nunca.