El waterpolo chileno se llena de niños en Buenos Aires

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La selección chilena de polo acuático debuta este lunes en el Sudamericano de Buenos Aires y se prepara para los Panamericanos de Santiago 2023.

Las selecciones femenina y masculina de polo acuático comienzan su participación en el Sudamericano de Buenos Aires este lunes con jugadores incluso de 15 años en sus filas. "Nos emociona; los jóvenes son el futuro de este deporte", dice el seleccionador.



Las selecciones femenina y masculina de waterpolo se preparan para el Sudamericano de Buenos Aires, en los que debutarán este lunes oon la mirada puesta en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. Las delegaciones tienen la peculiaridad de estar conformadas por jugadores desde los 15 a los 30 años, a diferencia de las potencias como Brasil y Argentina que tienden a citar únicamente a adultos. “Las y los atletas que están citados a Argentina son casi todos de muy corta edad. Esto nos emociona mucho, ya que los jóvenes son el futuro del deporte de Chile”, asegura Felipe Palma (43), entrenador del elenco femenino chileno.

Quedan solo horas para que los competidores de waterpolo entren a la piscina olímpica de Parque Roca de Buenos Aires, lugar que acoge al Campeonato Sudamericano de Deportes Acuáticos 2021. Esta versión del evento recibirá a los waterpolistas desde el 22 al 28 de marzo, y es organizada por la Confederación Argentina de Deportes Acuáticos (CADDA).

Algo peculiar que tienen las delegaciones chilenas es la diferencia de edad que hay entre sus atletas. En el caso de los hombres, los jugadores más jóvenes tienen 15 años, mientras que el mayor 27. Y, a pesar de que las potencias sudamericanas como Brasil y Argentina acostumbran presentarse únicamente con adultos, para el entrenador de la selección masculina, José Matus (34), la edad de los nominados chilenos no es para nada un problema: “En la cancha se habla un mismo idioma, independientemente de la edad. Un jugador a los 15 años ya adquiere cierta madurez para entenderse en la cancha con compañeros de 27 o 30 años.”

En cuanto a las waterpolistas chilenas que partirán a Buenos Aires este fin de semana, estas tienen entre 15 y 29 años de edad. La seleccionada nacional Kiara Henríquez (20) explica que para ellas tampoco es un impedimento y mucho menos un tema: “Es lindo ver que las jugadoras más grandes le den el ejemplo a las más chicas y que, a pesar de las diferencias de edades, nos podemos conectar y pasarlo bien. Todas hemos entrenado lo mismo y nos hemos sacrificado de igual manera.

Pero, ¿a qué se debe esta mezcla de edades? Para Felipe Palma, todo se debe a que en Chile no se suele apostar por las categorías pequeñas, por lo que varias de las generaciones mayores ya se quedaron atrás con respecto a las más jóvenes. Si bien los entrenadores de ambas delegaciones supieron amortiguar la caída al dedicarse a preparar de inmediato a los más pequeños, el problema no se está solucionando de raíz. Además, la ausencia de una liga nacional tampoco ayuda a elevar el rendimiento de los waterpolistas.

Otro motivo de la mezcla de edades es el hecho de que en Chile no sobre gente que practique waterpolo, tal y como explica Matus: “La principal diferencia es la población de jugadores. En Venezuela hay muchos más equipos y se juega este deporte en al menos 16 o 17 provincias, mientras que en Chile se juega solo en cuatro.”

El seleccionado Franco Vera (15), por su parte, explica que él y sus compañeros de 16 y 17 años fueron elegidos por la proyección que tienen de cara al Panamericano 2023: “Los chicos estamos citados porque somos mejores que los adultos. Se podría decir más o menos así, porque es verdad. Pero bueno, obviamente puede ser que un adulto tenga más fuerza que nosotros o algo por el estilo, pero nosotros también sabemos jugar, entonces es ahí donde se regula la falta de experiencia.”

A pesar del descuido que ha habido en cuanto a los deportistas de más corta edad, el nivel del waterpolo chileno ha ido creciendo los últimos años. Esto, de acuerdo a los mismos seleccionados y entrenadores, también se debe en gran medida a la llegada de atletas de Venezuela que terminaron por despertar a aquellos chilenos que se estaban durmiendo en los laureles: “Deportivamente, obligaron a reaccionar a muchos deportistas nacionales que ya se encontraban acostumbrados a ganar”, asegura Kiara Henríquez.

La distribución geográfica de la selección

Una de las ventajas que tienen las entrenadas por el venezolano Felipe Palma, es que todas las jugadoras, a excepción de una, viven en la Región Metropolitana. “El hecho de que estén aquí, en la zona metropolitana, ha facilitado de alguna u otra manera la realización de campeonatos y concentraciones. Es un real beneficio”, asegura el coach.

Distinto es el caso de la selección masculina, la que está compuesta por deportistas de distintos clubes de Santiago, Iquique y Arica. La pandemia imposibilitó que los jugadores citados pudieran entrenar en conjunto antes del Sudamericano, por lo que los atletas no se encuentran tranquilos con respecto a la competencia venidera. “Es complicado que el equipo pueda jugar bien cuando no se puede hacer ni un entrenamiento con los trece jugadores que viajarán. Ni siquiera los de Santiago pudimos entrenar juntos, sino que solo los del Stadio Italiano. Nunca hemos jugado con los compañeros que van a llegar desde el norte”, explica Franco Vera.

Sin embargo, hubo un tiempo en el que los privilegiados fueron únicamente los hombres del norte, ya que mientras Santiago se encontraba en cuarentena y con sus deportistas haciendo acondicionamiento físico por videollamadas, hubo semanas en las que los nortinos hacían el físico en la orilla de la playa para después entrar al mar. “Se hacían pases, trabajo de natación y resistencia. Costó de todas formas porque la temperatura del Pacífico no ayudaba mucho, pero los waterpolistas nos consideramos muy apasionados por nuestro deporte”, detalla José Matus.

Últimas pasadas

El último Sudamericano fue en Perú el año 2018. Ahí, la selección masculina era un poco más avanzada en edad que la actual. “En ese entonces se logró el quinto puesto de ocho. Digo se logró porque Chile ha ido evolucionando de a poco. Entonces, un quinto puesto en un Sudamericano, ¿luego de vencer a Uruguay y Ecuador? Eso ya lo consideramos un logro”, afirma Matus.

En femenino, Chile ganó la Copa Pacífico de Waterpolo sub-15 Lima 2019, donde las jugadoras eran en su mayoría muy jóvenes y, actualmente, muchas de ellas se encuentran en la selección. Las chilenas vencieron 8-3 a Perú, las locales.

Actualmente, con el Sudamericano de Buenos Aires a solo horas de comenzar para el waterpolo, Kiara confiesa que no han tenido una preparación adecuada: “Para el campeonato como tal no hemos estado entrenando al 100%, a excepción de las niñas que sí tenemos en mente estar en la selección a futuro. Cada una por su parte, con sus respectivos clubes, estamos dándolo todo para estar en buenas condiciones cuando llegue el momento de juntarnos. Al final depende de la meta personal de cada una.”

Franco Vera, por su parte, asegura que en el equipo masculino se encuentran nerviosos por lo que significa el viaje, y más todavía en medio de una pandemia: “Es el primer Sudamericano de varios, y somos chicos en un torneo adulto. Vamos a jugar contra la selección de Brasil que jugó las olimpiadas.”

Juegos Panamericanos Santiago 2023

Tanto los entrenadores como los jugadores coinciden en que la meta son los Panamericanos de Santiago. Palma asegura que de ser posible realizar una preparación adecuada, de contar con el apoyo de la Federación y del Comité Olímpico, el equipo chileno podría aspirar a estar entre las cinco mejores selecciones: “Necesitamos el apoyo de todas las personas para seguir dándole vida al waterpolo y al deporte en general.”

Matus, por su parte, destaca que los Panamericanos son el evento más grande del continente, el segundo más grande del mundo después de los Juegos Olímpicos, y más encima serán en Chile: “No hay nada mejor que jugar en casa ya que, aparte de la exigencia y de la preparación que ameritan los Juegos Panamericanos, indudablemente la localía nos va a ayudar y nos va a dar un plus a todos.”

Esta es la primera vez que las selecciones de waterpolo de Chile van a disputar los Juegos Panamericanos, y esto va a pasar gracias a que, al igual que en los Juegos Olímpicos, el anfitrión tiene derecho a presentar un participante en todas las categorías. “Nos va a favorecer a los entrenadores, a los jugadores, al cuerpo técnico y a los dirigentes, ya que vamos a tener que darlo todo para hacer el mejor papel posible en los juegos. Si tuviese que decir con qué lugar ya me sentiría satisfecho, yo creo que sería con el quinto puesto. Para eso vamos a haber tenido que jugar contra Argentina, Cuba, y países que son mundialistas. Estaríamos todos felices”, finaliza Matus.

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