Elías Figueroa: “Del patio ya conozco hasta las hormigas”

Elías Figueroa
Figueroa, en su casa, leyendo por estos días Patear es humano, gambetear es divino, de Juan Vasle.

El histórico capitán, tres veces mundialista con la Roja, relata su reclusión voluntaria en Villa Alemana para evitar el coronavirus y llama a seguir el ejemplo. Se pasa el día entre el fútbol grabado por televisión, los juegos de salón y la bicicleta estática.



Elías Figueroa se declara en cuarentena preventiva. El histórico capitán de la Roja ya tiene 73 años y, en esa condición, que lo convierte en parte de la población de riesgo ante el contagio por coronavirus, prefiere apegarse a las instrucciones de las autoridades de salud y recluirse en su casa en Villa Alemana. La decisión fue consensuada con su familia. El núcleo más cercano a quien fuera elegido tres veces como el Mejor Futbolista de América estaba preocupado por el exdefensor de Palestino, Peñarol e Internacional, entre otros clubes, y también por su esposa, Marcela Küpfer.

“A estas alturas, hay que cuidarse. No es fácil tampoco. Me gusta el café con los amigos y en la calle nunca le digo que no a nadie. Si me piden una foto o un autógrafo accedo de inmediato, lo que necesariamente implica contacto, pero no queda otra. La familia no me deja salir tampoco. Ahora, con suerte, me dejan ir a comprar el pan. Y tengo que volver luego. Fueron ellos los que me pidieron esta suerte de cuarentena. Del patio ya conozco hasta las hormigas”, explica Don Elías a La Tercera respecto de una determinación que terminó aceptando, pero que le cambia radicalmente la rutina. Se le nota resignado a la modificación extrema en su estilo de vida, pero con buena disposición.

¿Le cuesta quedarse en casa?

Es una lata, porque estoy acostumbrado a salir, a compartir con la gente, pero hay que hacerlo. Yo disfruto mucho estar en la calle, conversar con los hinchas, que me demuestran mucho cariño, pero no se puede y es por un bien mayor. No solo para mí. Es para todos. Así que el llamado es a permanecer en la casa el mayor tiempo posible. Habrá que acostumbrarse nomás. No queda otra. Y buscar qué hacer.

A sus 73 años, usted es parte del grupo de mayor riesgo. ¿Le teme al coronavirus?

A los “25 años que tengo” (ríe), estoy preocupado, como todos. Me informo, estoy al tanto de lo que pasa, pero no es temor. No lo definiría de esa forma. En situaciones como esta la disposición tiene que ser otra. Hay que ayudar, asumir el liderazgo. En mi caso, como siempre lo hice en la cancha. Aprovechar la plataforma que uno tiene para transmitir el mensaje correcto. No sirve de nada quedarse de brazos cruzados. Hay que intentar que la gente vea en uno un ejemplo y que replique lo que uno puede hacer, que no es tanto tampoco. Y está la preocupación personal también, la de la familia. Esta fue una decisión consensuada. Todos entendimos que era lo mejor.

¿Percibe miedo en la gente?

Veo que las personas están asustadas, por lo que leen y escuchan todo el día en los medios de comunicación y, obviamente, hago el llamado a que se cuiden. A que nos cuidemos. Y a que nos informemos también. No es una cuestión para tomarse a la ligera. Al contrario, es un problema importante. De esta situación vamos a salir todos juntos. Yo quiero aportar para que así sea.

¿En qué se entretiene?

Miro un poco de fútbol por la televisión, el que queda, casi todo de archivo, porque se han suspendido varios campeonatos, lo que me parece muy sensato. Y en algunos juegos de salón. Estoy hecho un experto en las palabras cruzadas, por ejemplo. Juego con mis nietos. Ellos me alegran el día, porque no paran nunca. Y trato de hacer un poco de ejercicio también. Tengo una bicicleta estática, que antes estaba tirada por ahí y ahora todos me la piden. La ocupo para mantenerme. Me gusta estar activo, en la medida de lo posible.

¿Qué les pediría a sus seguidores, que hasta se asustaron con su mensaje en Twitter?

El temor de que acá pase algo similar al resto del mundo es natural, pero hay que estar tranquilos y, sobre todo, obedecer a las recomendaciones de las autoridades, que han sido claras. Y quedarse en casa, claro. Ese es el primer paso y el más importante. En la medida en que la gente se quede en casa, disminuye el peligro de contagio. Yo estoy bien. Lo mío es solo por precaución. Mi idea era y es motivar a la gente a que se cuide. Y, como escribí en Twitter, que tengan claro que después de la tormenta, siempre sale el sol. Tenemos que cuidarnos para ese momento, para estar bien cuando todo esto haya pasado.

El fútbol chileno detuvo sus campeonatos y los clubes están suspendiendo los entrenamientos, ¿comparte esas medidas?

Me parece bien, por la cantidad de gente del fútbol que va a los estadios, que es lo que hay que evitar, las aglomeraciones. También por la seguridad de los jugadores, los técnicos y todos los que están involucrados de una u otra forma en el espectáculo. La suspensión es acertada. Esto es una cosa general, de todos. Y tiene que haber señales, sobre todo desde el deporte más popular de todos. Cualquier medida que se tome para evitar el riesgo de contagio está bien, sin dudas.

El Sifup exigió, también, que los equipos dejaran de entrenar

Todo lo que implique juntar gente, hay que suspenderlo. Uno nunca sabe si hay algún contagiado. Hay que ser precavido con eso, porque si hay un caso en un plantel, el problema crece. Y lo que se debe hacer es evitar al máximo posible el riesgo de propagación de esta enfermedad. Lo mejor es detener las actividades hasta superar esta emergencia.

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