Elías Figueroa compitió con Pelé. De hecho, uno de los méritos más importantes que se le reconocen al histórico defensor chileno es haberse convertido en el mejor futbolista de América en la época en que también brillaba el brasileño. Hoy, consumada la partida de O Rei, Don Elías lo llora. Ha partido un gran rival, pero, sobre todo, un gran amigo que forjó en el campo de juego y, más tarde, en la vida.

Qué difícil hablar de la partida de un amigo, pues tu historia de gran hombre, va más allá del genio que fuiste adentro de una cancha, insuperable hasta hoy”, sostiene en sus cuentas en las redes sociales, dando cuenta, al menos preliminar, del pesar que lo embarga. Según revelan en su círculo íntimo, aunque el desenlace era, en gran medida, esperable por la gravedad de la enfermedad que afectaba al tricampeón mundial, la impresión fue igualmente fuerte.

El ex defensor de Colo Colo, Palestino, Internacional de Porto Alegre y Peñarol no ahorra adjetivos a la hora de referirse a Edson Arantes do Nascimento, la identidad original del ex futbolista que, a decir verdad, pasó a segundo plano por la inmensidad que alcanzó con la denominación con que consiguió sus innumerables logros deportivos. “La vida te regaló emociones permitidas a muy pocos y con tu esfuerzo generoso le regalaste al mundo tu genialidad, que elevó a nuestro deporte para siempre y nos unió como comunidad del fútbol mundial. Tu arte permitió eso y mucho más”, resalta.

“Leal y justo”

En ese contexto, Figueroa recuerda los encuentros que animaron. Duelos que se caracterizaron por el rigor que implicaba que se midieran dos futbolistas de alto vuelo, pero también por el respeto que cada uno tenía del otro. “Siempre fue muy difícil enfrentarte, pero siempre fuiste leal y justo”, destaca de esos choques. Y, otra vez, reluce las virtudes que lo transformaron en objeto de culto en el mundo entero. “Siempre sorprendiste a todos con tu innata habilidad, verte jugar era como una película de ficción hecha realidad, por eso te ganaste el apodo de Rey, porque eso fuiste, un verdadero Rey”, lo vuelve a ensalzar.

En la parte final de su mensaje, Figueroa retoma la emocionalidad ante la partida de O Rei y, sobre todo, valora su inmensa influencia en el fútbol de todas las épocas, una transversalidad que, sin ir más lejos, volvió a ser materia de análisis a partir de la consagración de Lionel Messi como campeón mundial con Argentina, en Qatar 2022. Precisamente, el legado de O Rei impide ser tajante en la unción del transandino como el mejor futbolista de la historia, una consideración que podría sustentarse en base a la cantidad de títulos, al margen de las consideraciones técnicas indivudiales. “Por eso es tan difícil decir estas palabras hoy. Descansa en paz querido amigo, tu legado ha trascendido y permanecerá vivo por siempre. Un gran abrazo a la familia y a todos los que amamos este deporte”, concluye la reflexión de Don Elías. Quizás más defensor que nunca. Ahora, de la herencia de la leyenda que acaba de cambiar de dimensión.

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