Era una partido de vida o muerte. No había margen y todos los que estaban en el Cairo Stadium lo sabían. Tanto Chile como Macedonia del Norte venían de dos derrotas y tenían su última oportunidad de seguir jugando el Mundial. Los nacionales mejoraron, pero no pudieron. Se van eliminados en fase de grupos, tristes y desilusionados, pero con la tranquilidad de que en este tercer encuentro mostraron su mejor cara. En el primer tiempo.

El encuentro comenzó con un Chile inteligente y preciso. El equipo nacional se replegó de manera intensa en el inicio, bloqueando el juego de los macedonios, que buscaron continuamente los lanzamientos desde nueve metros. Aunque por donde hicieron daño fue a través del extremo derecho y el pivote.

Ni siquiera el extraordinario rendimiento del arquero de Macedonia, impidió que Chile manejara ese primer tiempo. Buscaron fórmulas que no habían podido llevar a cabo en los partidos anteriores, como el protagonismo de sus extremos. Tanto en ataque como en defensa las bandas fueron una de las claves en el desarrollo de la primera parte.

En esa propuesta, Sebastián Ceballos tomó un rol protagónico. El chileno anotó cinco goles en la primera parte y fue responsable de grandes recuperaciones, otra de las claves del cotejo. El elenco nacional presionó constantemente a Macedonia, con marcas dobles y faltas que cortaban sus ataques.

También mejoró en el orden táctico, no tuvo las constantes expulsiones de dos minutos que complicaron mucho el desarrollo de los primeros encuentros. Aún así, el marcador nunca pudo ser holgado. Ambas selecciones se compartían las anotaciones y pese a que en gran parte de la primera mitad Chile lideró el marcador, los europeos fueron acortando distancias. Al descanso el elenco nacional se fue ganando 17-16.

En el inicio de la segunda parte la dinámica no cambió. Golpe a golpe ambas selecciones buscaban el paso a la siguiente ronda del mundial. Los europeos se ponían en ventaja y los pupilos de Garralda respondían con un gol. Pero poco a poco Macedonia fue superando a Chile. En esos momentos de tensión y ahogo apareció el arquero chileno, Felipe Barrientos, quien tuvo atajadas extraordinarias para mantener la ilusión viva. Pero el partido comenzaba a tener un favorito. El veterano Lazarov en la primera línea y la corpulencia del pivote en la segunda empezaron a hacer estragos.

En los últimos minutos la situación no cambió y Chile buscó desesperadamente acortar una distancia que poco a poco se fue agrandando. Si antes era de un gol, cuando quedaban cinco minutos para terminar el partido Macedonia iba por tres arriba. De todas formas los nacionales no decayeron, intentando anotar en cada ataque pero sin acierto en la mayoría de los casos. el partido terminó 32-29.

Con esta derrota Chile se despide del Mundial con cero puntos. Una experiencia dura en Egipto, donde los nacionales no pudieron competir con los locales y ni con Suecia, y donde perdieron en los minutos de la verdad contra Macedonia del Norte. La peor representación en la era Garralda.

Chile: Barrientos; Ceballos (7), Erwin Feuchtmann (7), Reyes, Frelijj (1), Emil Feuchtmann (4), E. Salinas (2), García (ps), González (ps), R. Salinas (7), Pávez, H. Feuchtmann, Calleja, Onetto, Ayala (1) y Donoso. DT: M. Garralda.

Marcador cada cinco minutos: 2-1; 5-4; 7-5; 9-9; 14-13; 17-16 (descanso); 19-19; 22-23; 23-25; 25-27; 27-30; 29-32 (final).

Árbitro: Gubica Matija y Milosevic Boris (CRO).

Cairo Stadium (El Cairo): Sin público. 3ra fecha, Mundial de balonmano. Grupo G.