La histórica participación de la selección chilena de balonmano en los Juegos Panamericanos de Lima ha despertado el hambre de todos en ella. Tras años de sacrificios, de empujar a pulso propio un proyecto que cada vez toma más forma, y tras pasar un mes completo entrenando a cuatro turnos por día, el éxito en el mega evento peruano apareció como la oportunidad perfecta para transparentar las cosas.

Y Emil Feuchtmann (36 años), lateral y pieza clave del puzle de Mateo Garralda, no quiere dejar pasar la oportunidad de elogiar lo que hasta ahora han conseguido, pero explicando porqué es que necesitan de más apoyo. El balonmano vive un momento crucial y el más maduro del septeto nacional lo tiene clarísimo.

¿Cómo fue la preparación para estos Juegos?

Pudo haber sido mejor. Estuvimos en Chile y no jugamos ningún partido amistoso, solo los que tuvimos llegando a Lima. No sé si fue por falta de recursos o decisión técnica. Para mi forma de ver, faltaron más partidos duros para antes de empezar la competición. Ahora, si ves el resultado, lo hicimos bien, pero bajo mi criterio pudimos haber jugado un par de partidos internacionales para tener un poquito más de roce.

¿Eso fue una decisión técnica o por falta de recursos?

No tengo idea. Sé que a Brasil se le propuso jugar, pero no quiso. Quizás pudo ser bueno, porque llegamos sin desgaste ni lesiones a los Juegos, pero bajo mi criterio se pudieron haber jugado más partidos.

¿Cuál es el apoyo que recibieron los jugadores de balonmano para Lima 2019?

A nosotros siempre se nos ha repatriado, nunca hemos debido pagar el pasaje. Es para todos igual. Ahora, lo que es una realidad es que debimos pelear por el hotel para quedarnos en Santiago, porque no estaba contemplado en el presupuesto y bajo mi forma de ver las cosas, si yo soy profesional, lo mínimo es que me den el alojamiento y la comida. Lo hablamos con el presidente de la federación, que no lo tenía contemplado, pero finalmente lo consiguió. Nos lo confirmaron como un mes antes de llegar a Chile.

¿Los jugadores de provincia cuentan con estos beneficios?

Ese también es un tema. Nosotros estuvimos concentrados dos veces en Chile y los seleccionados que venían de Viña, por ejemplo, no sé si todos contaban con ese beneficio. La idea es que todos los que vienen a trabajar por la selección tengan todo lo necesario para hacerlo de la mejor forma.

¿Siente que no se le trata como a unos profesionales?

A veces. Y siento que se nos debe tratar como profesionales, no como unos niños que van a jugar balonmano. Tenemos que tener otro nivel, ya somos plata panamericana. La gente, de a poco, está reconociéndonos y la selección debe tener otro caché, ya sea a nivel de apoyo e inversión como de imagen.

¿Qué viene para la Selección?

Ahora nos preparamos para el Centro-Suramericano. Para esa competencia pedimos que se realizara en Chile porque lo merecemos y estaría bueno que tuviéramos el apoyo del público. Lo mismo pedimos para el repechaje olímpico de abril de 2020. Jugamos contra un equipo africano, un europeo, un asiático y solo clasifican dos. Creemos que con nuestro público y en nuestra casa es muy factible clasificar.

¿Hay apoyos comprometidos de las autoridades para eso?

Esperamos que sí. En la final vimos a muchas autoridades apoyándonos y con lo que estamos demostrando creo que deberían estar esos apoyos. No será mucho el gasto de platas, de hecho, será una inversión del Estado, incluso desde el punto de vista publicitario. Además, nos jugamos la clasificación a un mundial y un repechaje olímpico... No es algo menor. Estamos muy cerca de clasificar y si jugamos en Chile, pienso, podremos conseguirlo. Afuera también tenemos opciones, pero en nuestro país son muchas más.

¿Hay recambio para esta selección?

Las selección va a un Mundial a Macedonia; el otro día la selección junior ganó a Argentina. Viene una generación buena y espero, de corazón, que sea mejor que la de nosotros. Ojalá que rematen este camino que nosotros hemos recorrido. Hay jugadores de mucha calidad, que ya deben comenzar a estar en la selección adulta y que se genere el recambio natural. Siempre me preguntan lo mismo sobre el recambio, pero creo que en la selección siempre deben estar los mejores. Ahora tengo 36 años, pero sigo siendo un aporte. Créeme que cuando vea que un niño pueda hacerlo mejor que yo, lo aceptaré y se dará el recambio, como debe ser.

¿Cómo va el proyecto deportivo familiar?

Tenemos un club con el que de a poco hemos ido creciendo. Comenzamos a romper el paradigma y comenzar a pagarle a algunos jugadores. Trabajamos trayendo gente, generando jugadores. Tenemos desde la escuelita hasta el equipo adulto y también tenemos a algunos jugadores jugando afuera. Es un poco altruista, pero también lo veo como un cambio en la forma de pensar el balonmano. A los jugadores que despuntan, por ejemplo, los metemos a jugar en Europa, entonces miran esto también como una alternativa laboral.

Marco Oneto también tiene su fundación ¿Por qué el balonmano tiene estas iniciativas?

Porque nosotros ya llevamos 20 años siendo profesionales y cuando llevas tanto tiempo así, llega un momento en que lo quieres traer a Chile. A Marco le debe pasar lo mismo. Y lo bueno es que con esto fomentamos el desarrollo de nuestro deporte. Marco hace su trabajo, nosotros el nuestro y lo ideal sería que muchos más lo hicieran, para lograr el sueño de tener una liga profesional.

¿Ese es el sueño?

Sí. Ese y tener nuestra cancha propia. Sé que son muchos los deportes que reclaman lo mismo, pero no se trata de competir entre nosotros, sino de pelear por el desarrollo total del deporte en Chile, de crear una cultura deportiva en el país, que aún hace falta. Pienso que eso llegará si nuestras selecciones adultas son fuertes y no al revés, porque los niños vienen a los deportes donde ven que hay referentes.