Emiliano Martínez es uno de los que se roba la película. El arquero de la Albiceleste tapa un penal en la tanda. Lo suficiente para que sus compañeros conviertan los que tienen y se consagren como campeones del mundo. Durante el partido, otra atajada suya, en el último minuto del tiempo reglamentario, fue fundamental para que no caigan.

Luego del partido, en conversación con la televisión, el golero externalizó sus sentimientos. “Fue un partido de sufrir, lo teníamos controlado, pero vienen dos tiros y nos empatan. Una cosa que dijimos es que era el destino, que había que sufrir. Nos ponemos 3-2, nos cobran otro penal, lo meten, casi nos meten dos goles. Gracias a dios puese ese pie después”, arranca diciendo.

Los penales se están transformando en la especialidad de Dibu. Más allá de no poder contener los disparos de Mbappé, contuvo el remate de Kingsley Coman. “Después hice lo mío, lo que soñé. No pudo haber un Mundial que haya soñado tanto como este. No tengo palabras”, agrega.

Sobre la definición, esa en la que los suyos no erraron ningún tiro, el guardameta sostiene que: “En los penales estuve tranquilo, es algo que le tengo que dar a mis compañeros, porque otra vez me patean tres veces y me meten tres goles. El primero lo podría haber atajado también, me tiré mal, pero después hice todo bien”, son sus palabras.

“Lo logramos”

La emoción reinaba en el campo de juego. Así lo hizo ver Rodrigo De Paul, otro de los buenos valores de Argentina en Qatar 2022. Uno que, como el colectivo, fue de menos a más en la competencia. “Tenemos la llave de la eternidad, seremos eternos porque lo logramos”, asegura el volante, quien, tras avanzar a la final, ya había declarado que ello era “algo de pocos”.

Al igual que su compañero, el mediocampista apunta a que el grupo transandino sabe reaccionar en los momentos complicados del juego. “Esto es lo máximo, nacimos para sufrir. La bandera está en la cima del mundo, estos 26 dejaron la vida y somos justos merecedores del título”, declara.

Los futbolistas fueron pasando y el sentimiento era el mismo. Son los justos campeones. Así lo hizo ver una de las revelaciones de la competencia, Enzo Fernández. “No tiene precio ganar un Mundial con mi país, no voy a olvidar nunca más en mi vida este momento, porque además estoy con toda mi familia”, asevera el jugador de 21 años.

Con distintos grados de protagonismo, todos los miembros del plantel se sienten importantes en la conquista del título mundial. Paulo Dybala, por ejemplo, tuvo pocos minutos, pero entró para la tanda de penales y no falló. “Debíamos tener la mente la fría, Francia erró, me tocó a mí y marqué. Es increíble, nunca más volveremos a tener esta sensación. Dijimos que no perderíamos y lo cumplimos, ahora vamos a celebrar juntos”, declara el de la Roma.

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