El Inter de Milán había chocado con un muro. Necesitaba claridad para encontrar el triunfo ante el Torino, pero no la hallaba por ninguna parte. Hasta que ingresó Alexis Sánchez. El Niño Maravilla necesitó apenas 10 minutos para brillar y cambiarle la cara a un conjunto que gracias a este triunfo comienza a ilusionarse con el Scudetto. Y Sánchez continúa sonriendo, sin importar cuántos minutos juegue.

Puede que la visita al Torino no se haya desarrollado como esperaba Antonio Conte. En Turín lo esperó un conjunto aplicado, bien posicionado, que si bien rindió la posesión de igual manera disfrutó de ocasiones de gol. La fase defensiva cumplía con la tarea y llegada la hora de partido la estelar dupla de Lukaku-Lautaro se veía imposibilitada de abrir el marcador.

Pero a los 62′ un penal a Lautaro Martínez vino a entregar cierta tranquilidad. La ventaja que entregó el disparo desde los 12 pasos de Lukaku duró unos pocos minutos ya que ocho minutos después, una toletole dentro del área permitió que el paraguayo Sanabria colocara la paridad (70′).

Un empate sería muy peligroso para las aspiraciones del Inter de Milán. Conte decidió jugársela toda e hizo ingresar al tocopillano a los 81′ por Marcelo Brozovic. Así, Lautaro y Lukaku seguiría como referentes de área, mientras que Alexis los proveería de ocasiones de gol. Y así fue: el chileno se hizo dueño de la pelota, con personalidad, con movimiento, y a los 85′ se sacó del sombrero un centro espectacular directamente a la cabeza del ariete argentino, que con gran destreza clavo en el ángulo contrario al del arquero.

Octava victoria consecutiva para el Inter, que lidera la Serie A con 65 puntos. El Milan, con 56, está obligado a ganar para recortar la diferencia y seguir en la pelea.