Una trágica muerte encontró Weiner Riascos, el futbolista colombiano que alcanzó notoriedad por haber ejercido paralelamente como barbero en su paso por San Luis, de Quillota. En Chile, el jugador también defendió a Malleco Unido, en un intento por lanzar su carrera futbolística.
Riascos fue asesinado por delincuentes que le abordaron para asaltarle en Cali, la ciudad de la que era oriundo. A Chile llegó como inmigrante e inició su carrera futbolística después de probarse exitosamente en las divisiones inferiores del equipo canario. Miguel Ramírez le ascendió al primer equipo. Su consagración la alcanzó al marcarle a Universidad Católica, en San Carlos de Apoquindo.
El delantero comenzó a jugar al fútbol a los nueve años en las filas del Sarmiento Lora. Luego fue parte de las divisiones inferiores de Atlético Huila, donde logró en un par de ocasiones ser citado en el primer equipo. Contra Ríonegro Águilas, le dieron la oportunidad de entrar a la cancha en el complemento, pero no pasaron ni 13 minutos y por una fuerte falta, fue expulsado. Lo incluyeron en un par de duelos más, pero no tuvo la notoriedad que esperaba. En ese escenario, optó por desplazarse a Chile. Se probó, sin éxito, en Universidad Católica. “Fue una cosa que me propuse desde hace dos semanas. Quería estar por lo menos citado en ese partido, porque no haber quedado con ellos me dejó muy triste. Cumplí una de mis primeras metas y ahora viene seguir trabajando fuerte para seguir siendo considerado por el profe. Quedan tres partidos importantes que nos pueden clasificar a la Copa Sudamericana”, le dijo a El Deportivo después de anotarles a los cruzados.
La otra pasión
Pese a transformarse en futbolista profesional, Riascos no abandonó su otra pasión: la barbería. “Me vine a atender porque necesitaba un corte y luego los chicos me invitaron a pasar el tiempo siempre que yo quisiera. Como lo pasaba bien acá, venía seguido Un día en que había mucha demanda y todos estaban ocupados, mientras yo veía como cortaban el pelo, me ofrecí para trabajar. No confiaron mucho en mí, menos la persona a la que le iba a cambiar el look. Igual accedió a que le cortara el pelo y hoy soy su peluquero favorito. Mientras los entrenamientos me lo permitan y económicamente lo necesite, seguiré con este pasatiempo. Aparte que mis compañeros aquí en la peluquería son como mi familia en Chile”, reveló en 2017, en el mismo diálogo.
“Quillota me gusta demasiado porque es muy tranquilo, las personas son muy amables y el clima es muy agradable. En general el trato ha sido bueno, aunque no falta aquel que el color de piel le molesta. Hay gente que grita palabras malas, insultos o frases como ‘ándate pa tu país’. Yo no les presto atención. Creo que si uno viene con un propósito importante, son cosas que no deberian afectar”, decía respecto de su adaptación a la ciudad.
Por esos días, tenía sueños ambiciosos. “Quiero llegar a un equipo europeo y volver a Colombia para jugar en algún grande de mi país, ya siendo un hombre maduro”, decía. La delincuencia se los arrebató.