La cancha del estadio Santa Laura está absolutamente destruida. Era cuestión de haber visto el partido de rugby entre Chile y Estados Unidos, por la clasificación al Mundial de la especialidad, para advertirlo. El diagnóstico que se realizó después del encuentro, que se disputó bajo una intensa lluvia, solo vino a confirmar una presunción que se formaba a simple vista: que el campo de juego no quedaría en condiciones para recibir el encuentro entre Unión Española y Universidad Católica, programado para este lunes.
En efecto, los hispanos arribaron a la misma convicción. “Estamos pidiendo la suspensión o cambiar de estadio. En el Santa Laura no se puede jugar”, sentencia Luis Baquedano, gerente general del club de colonia. En ese contexto, la ANFP accedió a la reprogramación del encuentro. La determinación la adoptaron, conjuntamente, la Gerencia de Ligas y el juez Rodrigo Carvajal, a quien le correspondía revisar el campo de juego y adoptar la decisión final.
“Era imposible pensarlo”
En el club de colonia lamentan el percance, pero lo atribuyen a una situación imposible de prever en la época en que se determinó arrendar el recinto para el crucial encuentro rugbístico. “Qué íbamos a saber que iba a llover y, más aún, de esa forma. Si hubiésemos sabido, no habríamos arrendado. Hace mucho tiempo que no llovía así en Santiago. Felizmente para el país, llovió. Lamentablemente para nosotros, llovió”, explica Baquedano.
El ejecutivo explica que, de haber tenido la sospecha fundada de una situación metereológica como la actual, ni siquiera se habrían planteado la idea de facilitar el reducto, incluso a los otros clubes que suelen solicitarlo. “No lo hubiéramos arrendado a la U ni a Recoleta”, sostiene.
Y, para dar cuenta respeto de las variaciones que se han producido en la mantención del pasto producto de las lluvias que no estaban en la proyección de nadie, ejemplifica: “Hace un mes que no mojamos la cancha”.