En la Masía le llamaban Sebas: la historia del nuevo defensa de la Roja
Sebastián Vegas es el escogido por Rueda para suceder a Beausejour en la banda izquierda de la Selección. Expulsado de Colo Colo, probado por el Barça, formado por Audax y catapultado por Monterrey. Cómo se fue construyendo una de las figuras chilenas de mayor proyección.
Del equipo que enfrentará esta tarde a Uruguay en el inicio de las Eliminatorias, Sebastián Vegas es uno de los seleccionados que llega con mejor presente. En Monterrey se ha consolidado como una de las figuras más importantes del fútbol mexicano y Reinaldo Rueda apuesta por él como lateral izquierdo de la Roja.
Con 23 años, el oriundo de Colón Oriente en Las Condes está llamado a liderar el recambio. Hace un decenio llegó a la cantera de Audax Italiano, desde donde construyó su carrera. “Lo habían echado de Colo Colo, donde era delantero. Acá se vino a probar como enganche y yo necesitaba un central, así que lo puse defensa. Él quería jugar en el mediocampo hasta que le dije ‘¿Quién es el entrenador?’. Se convirtió en un gran defensa”, recuerda Juan Carlos Gangas, el técnico que lo recibió en La Florida. Y apunta: “Sebastián es un chico que se fue prepranado para ser un líder; cuando veía debilidades de sus compañeros, él los motivaba. Tiene una mentalidad muy fuerte".
Una de sus grandes características es el liderazgo. De hecho, fue capitán en todas las categorías. En un Sudamericano Sub 15 en Fray Bentos, Uruguay llamó la atención del Barcelona, que lo invitó a La Masía, donde permaneció entre el 3 de agosto y el 3 de septiembre de 2012. “Estuvo en el equipo Juvenil A, donde tenía como compañeros a Adama Traoré, a Munir El Haddadi, André Onana, Sandro y varias figuras más”, recuerda Jorge Guerrero Cortés, exdirector de Desarrollo Deportivo del cuadro audino, quien lo acompañó en ese periplo. “Yo me quedé en un hotel y él en La Masía. Me acuerdo de que le pasé el viático y después se lo tuve que pedir de vuelta, porque me habían robado la billetera”, añade.
Allá jugó algunos partidos, donde pudo mostrar sus condiciones. “En un amistoso en Berga jugó de titular. El técnico Jordi Vinyals lo puso por primera vez como lateral. En el primer tiempo lo hizo mal, pero en el segundo ganaron 2-1, con dos centros suyos. Incluso, en uno de esos partidos, estuvo Tito Vilanova”, apunta el exdirigente itálico. Al final, Sebas, como lo bautizaron allá, regresó a Chile y las conversaciones se dilataron y un posible fichaje quedó en nada.
Con el paso del tiempo, Arsenal, PSG, Sevilla y nuevamente el Barcelona se interesaron. “En algunos era difícil que pudiera jugar, como en el caso del PSG. Y las opciones del Sevilla y Barcelona las terminó desechando su representante de entonces”, explica Guerrero.
En su ascenso al primer equipo, debutó a los 16 años, con Jorge Luis Ghiso como entrenador. Ahí, Rafael Olarra se transformó en su mentor. “Durante tres años lo pasé a buscar a su casa. Él vivía en Colón y yo en La Reina. Desde chiquitito deslumbraba y varios equipos internacionales lo querían y a esa edad es muy fácil perder el norte. Desde el club me pidieron que lo aconsejara y nos hicimos muy buenos amigos. Él es un chico muy querible, de mucha energía y muy aterrizado. Me sentí muy identificado con él”, señala el Flaco, quien vivía en esa época la parte final de su carrera como futbolista.
Hasta el día de hoy, el lateral se preocupa de Audax. Blanca Ibarra, asistente social del club, se refiere a su espíritu solidario. “Seba siempre nos llama y en silencio pregunta si a alguien le falta algo para así ayudarlo sin que se entere. Ahora último, ayudó al personal de la salud de los hospitales Del Salvador y Luis Tisné, pero siempre lo mantuvo en reserva”, confiesa.
La profesional también recuerda que el lateral siempre fue muy responsable. “Sebastián es totalmente diferente al común de los futbolistas. Es un chico muy centrado y muy responsable y disciplinado. De hecho, cuando estuvo en La Masía, él se preocupaba de mandar las tareas y trabajos a la Escuela Audina, donde estaba estudiando. Además, los papás siempre han estado muy encima de él y eso le ha ayudado mucho”, subraya.
Frente al desafío de hoy en Montevideo, Olarra cree que su discípulo tendrá un buen cometido. “Tiene un pase largo muy diferenciador, ha crecido en la marca y se ha sentido más cómodo. Ahora tiene velocidad, juego y marca, y eso le puede venir muy bien a Chile. Además, no hay muchos laterales izquierdos, sobre todo, con su pegada y velocidad".
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