Este domingo Alejandro Tabilo disputará el partido más importante de su carrera. En la tercera ronda del Masters 1000 y con un público que se espera llegue a 10.000 asistentes, el chileno enfrentará a Novak Djokovic, ganador de 24 títulos de Grand Slams, uno del ranking mundial y por números, el tenista más grande de la historia.
El encuentro, que se llevará a cabo no antes de las 08.00 de la mañana de Chile, no solo será un hito para la carrera del zurdo, sino que también para la generación actual de tenistas nacionales. De los jugadores activos del país, solo Christian Garin ha podido enfrentar al serbio con anterioridad, y si la conversación se extiende a partidos ante jugadores que se encuentren ocupando el primer puesto del ranking mundial, de los tres mejores tenistas del país actualmente, Tabilo era el único que faltaba por conseguir esa marca. Tanto el nortino como Nicolás Jarry, consiguieron aquello en Wimbledon, cuando enfrentaron a Nole (2021) y Alcaraz (2023) respectivamente.
Si bien ambos duelos terminaron con derrotas para los nacionales, de todas formas evidenciaron el retorno del tenis chileno al primer nivel, ya que cuando Garin cayó ante Djokovic en la Catedral, se rompió una sequía de 12 años sin partidos entre locales y números uno.
Un periodo de abstención que cortó una de las décadas más exitosas para el tenis del país, donde se consiguieron top tens, una final de Grand Slam y tres medallas olímpicas. De hecho, entre 2002 y 2009 hubo 24 partidos entre chilenos y líderes del ranking mundial. La cifra, increíblemente alta, se dio gracias a tres jugadores: Fernando González, Nicolás Massú y Paul Capdeville.
De esos tres, el más relevante fue sin dudas Fernando González. No solo porque tiene la mayor cantidad de encuentros (18), sino porque también fue el único que logró ganar alguno de ellos. Lo hizo en tres ocasiones y ante tres tenistas distintos. En 2003 derrotó a Andre Agassi en semifinales de Washington y a Leyton Hewitt (tiene también una derrota ante el australiano) en la tercera ronda de Hamburgo. Cuatro años después de aquello, logró una de sus victorias más recordadas. El 3-6, 7-6 y 7-5 sobre Roger Federer en el Round Robin del Masters de 2007.
Aquel partido además fue la primera (y única) oportunidad en que Mano de Piedra logró derrotar al suizo, quien le había ganado los diez encuentros previos entre ellos, todos cuando Rog estaba en lo más alto del ranking. Entre esas caídas está la final del Abierto de Australia de 2007.
González también enfrentó a Rafael Nadal (dos derrotas) y Andy Roddick (una derrota) cuando estos estaban en lo más alto del listado planetario.
Federer, ganador de ocho Wimbledon, no fue solo una pesadilla para el de La Reina, sino que también para Nicolás Massú. El Vampiro enfrentó en cinco ocasiones a un número uno vigente, siendo el helvético en tres de ellas su rival. En todos esos encuentros salió derrotado, tal como le pasó frente a Juan Carlos Ferrero en Madrid 2003 y ante Leyton Hewitt en Tokio 2002.
Finalmente, el otro jugador chileno que se enfrentó a un uno del planeta durante la primera década del nuevo milenio fue Paul Capdeville, quien en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos de 2007 jugó ante Roger Federer en la cancha principal de Flushing Meadows. Fue victoria por 6-1, 6-4 y 6-4 para Su Majestad.
En los noventa en cambio, hubo solo un partido entre un chileno y un jugador que estuviese en lo más alto del ranking mundial. Fue en la ronda de los 64 mejores de Roland Garros de 1994 y con Marcelo Ríos y Pete Sampras como protagonistas. El zurdo de Vitacura, que en este momento tenía 18 años, cayó en tres sets ante el nacido en Potomac.
Esa fue la única vez que el Chino se enfrentó ante un jugador que fuese número uno del mundo vigente, algo al menos llamativo si se piensa que en 1998 finalmente él terminó consiguiendo ese estatus.
Una historia negativa para los nacionales que Alejandro Tabilo intentará romper este domingo. Será el enfrentamiento número 28 entre un criollo y un número uno en los últimos 34 años. Una nueva oportunidad para cambiar la lógica. Fernando González tiene que ser su ejemplo durante la tarde en Roma.