Claudio Bravo está a detalles de firmar un nuevo contrato. Después de dejar el Betis, el capitán de la Selección se concentró en la disputa de la Copa América. En el torneo continental volvió a demostrar su vigencia. Frente a la Argentina de Messi y compañía, de hecho, realizó una de sus mejores presentaciones en el último tiempo. Ese partido, le posicionó en la mira de varios interesados. De hecho, recibió llamados desde Arabia Saudita, aunque los acercamientos más concretos provinieron de Estados Unidos, la sede del torneo continental. Hasta el Dibu Martínez se rindió ante su nivel.
El vilucano avanzó significativamente en un acuerdo con Los Ángeles Galaxy, uno de los equipos más tradicionales y ganadores de la creciente Major League Soccer. La referencia inevitable, de hecho, conduce a la mención de dos nombres emblemáticos: en el club californiano actuaron David Beckham y Zlatan Ibrahimovic.
Interés mutuo
El interés era mutuo. Por un lado, Bravo siente que futbolísticamente aún tiene mucho para entregar, aunque ya cruzó la barrera de los 40 años. El dato no es particularmente significativo tratándose de un guardameta que, además, es riguroso con sus cuidados. La actuación en la Copa América, el nivel más alto en este lado del mundo es, precisamente, una prueba. Y más concretamente aún, el que exhibió en el partido en que la Roja cayó ante el campeón del mundo.
Hay otro factor crucial que también pesó: la prioridad que el golero le asigna a la comodidad y el desarrollo familiar. En ese escenario, Bravo siempre ha sido claro: privilegia clubes y ciudades en los que su clan esté contento y, sobre todo, donde sus hijos puedan realizarse. En ese sentido, por ejemplo, permanenció encantado en el Manchester City aún cuando no tenía todo el protagonismo que proyectaba, pues su hija mayor avanzaba significativamente en el dominio del inglés. La residencia en Estados Unidos supone, al margen de lo que significa el contrato, una nueva posibilidad de desarrollo en ese sentido.
Un equipo ganador
Los Ángeles Galaxy es el equipo más ganador en la historia de la MLS: se coronó en 2002, 2005, 2011, 2012 y 2014. Además, luce un título en la Liga de Campeones de la Concacaf, en 2000. El palmarés habla del prestigio institucional, pero también de una necesidad urgente: la de reverdecer laureles.
Bravo le ofrece al técnico del equipo, el estadounidense Greg Vanney, las garantías suficientes como para dar el salto de calidad que les permita reposicionarse en la primera línea del fútbol estadounidense e internacional.