Hace ya 10 años, el 14 de febrero de 2013, el atleta Oscar Pistorius, múltiple medallista mundial y paralímpico mató a su novia tras propinarle cuatro disparos mientras se encontraban en su domicilio en Pretoria, Sudáfrica.
Este hecho terminó por marcar la caída de una de las grandes figuras del atletismo que había luchado por el movimiento paralímpico más allá de sus logros personales, sino por ser considerado como un gestor en la lucha por la igualdad en el deporte.
Si bien en un principio el ex velocista argumentó que había disparado creyendo que se trataba de un ladrón que había ingresado a su hogar, con el avance de las investigaciones estas declaraciones terminaron por descartarse y se comenzó a hablar formalmente de un asesinato.
De héroe a victimario
Oscar Pistorius nació el 22 de noviembre de 1986 en Sandton, Johannesburgo, con una malformación congénita llamada hemimelia peronea que hizo que a sus dos piernas les faltaba el peroné. De esta forma para que pudiera caminar con prótesis, a los 11 meses le amputaron las piernas por debajo de las rodillas.
Este fue un cambio que a lo largo de su vida Pistorius consiguió superar hasta transformarse en uno de los atletas más reconocidos a nivel mundial por sus prótesis en forma de “j”.
Debido a sus marcas intentó comenzar en torneos regulares, pero los organizadores y competidores se negaban a esto, pues argumentaban que las prótesis le daban ventaja en las carreras. Finalmente, la Federación internacional de Atletismo logró que lo aceptaran.
Así, después de ganar tres medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de 2008, entrenó para clasificar a los Juegos de Londres 2012 para enfrentar a rivales sin discapacidades. Si bien no alcanzó a conseguir medallas, llegó a la ronda de semifinales de los 400 metros lo que le significó el reconocimiento internacional. Claro que todo esto terminó por derrumbarse tras el trágico hecho ocurrido en 2013.
Juicio y castigo
Después de ser arrestado como sospechoso de la muerte de Reeva, cuyo cuerpo fue encontrado con cuatro orificios de bala, la policía investigó un asesinato premeditado. Sin embargo, Pistorius aseguraba que todo se trató de un error, pues había confundido a su novia con un ladrón que había ingresado a la casa.
Explicaba que, como no vio que su pareja estaba a su lado, intentó abrir la puerta a través de la que había disparado. Pero al ver que estaba con llave la derribó con un bate de críquet que tenía junto a la cama.
Claro que la policía dio cuenta de que en la casa solo estaban ellos dos y que la puerta de entrada no había sido forzada. Y, si bien la única posibilidad de entrada era a través de una ventana en el baño, los investigadores descartaron esta posibilidad e indicaron que Reeva se había encerrado en el baño para escapar de su novio y realizar un llamado pidiendo ayuda.
Además, en los peritajes al teléfono de Reeva se encontraron una serie de conversaciones que daban cuenta de los celos de Pistorius. “Yo soy la chica que está enamorada de ti, pero también la chica a la que dejas de lado cuando no estás de humor, a la que criticas su acento, su tono de voz. A veces me asustas por cómo me contestas y cómo me tratas”, decía uno de los mensajes enviados al atleta.
Con las pericias se determinó que Reeva se había encerrado después de una discusión a gritos que había sido escuchada por algunos vecinos y que Pistorius la había golpeado al menos dos veces con el bate. Si bien en un principio la jueza a cargo condenó a Pistorius a seis años de prisión, tras una apelación presentada por la Fiscalía, la Corte Suprema de Apelaciones de Sudáfrica elevó la pena a 13 años y cinco meses para completar 15 años, agregando el tiempo que había pasado en prisión preventiva.
Libertad provisional
Ahora, Oscar Pistorius se encuentra en el proceso de buscar la libertad condicional la cual puede solicitar desde este mes. Por lo mismo hace algunos meses fue trasladado a una prisión cercana al lugar donde viven los padres de la víctima con el fin de facilitar el proceso conocido como “diálogo entre víctima y delincuente”, uno de los requisitos para pedirla.
La abogada de la familia, Tania Koen, confirmó que Pistorius y Barry Steenkamp, padre de Reeva, se encontraron frente a frente el 22 de junio del año pasado, aunque no reveló los detalles de la conversación.
Al final, Pistorius deberá esperar la decisión de un comité que tendrá que evaluar el parecer de un psicólogo, un asistente social, los encargados de la prisión y el parecer de los padres de la víctima para determinar si puede salir o no de la cárcel.