La partida de Erick Pulgar a Galatasaray fue una de las sorpresas de último minuto en el mercado de enero del fútbol europeo. El antofagastino llegó cedido desde la Fiorentina, pese a que el jugador manejaba una oferta del Olympique de Marsella.
Después de un mes y medio, la experiencia del volante de la Roja no ha sido el esperado para ninguna de las partes en juego. El ex Universidad Católica ha disputado sólo cuatro de los siete encuentros que ha tenido el cuadro europeo de Estambul desde inicios de febreros.
En total, Pulgar sólo jugó 138 minutos en ese total de enfrentamientos. Es decir, menos de 22% del total de minutos de todos los duelos posibles en los que ha participado el mediocampista, sin goles ni asustencias.
Números muy pobres para un jugador que llegó a la Superliga euroasiática como uno de los fichajes más prometedores para un cuadro que, pese a su popularidad, pasa por uno de los peores momentos de las últimas temporadas.
Actualmente, el cuadro más importante del lado europeo de la ciudad estambuliota marca en el undécimo puesto, pese a ser el cuadro más ganador en la historia de la liga de ese país, con 22 coronas.
En ese escenario, los sitios partidarios del equipo no se han guardado nada sobre la supuesta decepción que ha significado la llegada de Pulgar, un jugador que fue tomado poco en cuenta por el técnico de la Fiore, Vincenzo Italiano, pese a sus condición de futbolista se proyección para el cuadro toscano, según la dirección deportiva de la Squadra Viola.
“Han llegado impresiones negativas desde Turquía sobre el rendimiento del jugador chileno”, escribió el sitio partidario del cuadro italiano Firenzeviola.it, tras citar a la página Webaslam, sitio favorito de los hinchas de Galatasaray.
El chileno fue cedido al club turco hasta junio de este año sin una opción de compra de parte de la Fiorentina, club que tasó en cerca de 10 millones de dólares el pase del chileno, quien es seguido por el Olympique de Marsella.