El espectáculo estuvo lejos de cumplir con las expectativas que se tenían depositadas en él. Mike Tyson no pudo ante Jake Paul, que lo venció por decisión unánime, en la pelea más mediática del año, disputada en el AT&T Stadium de Texas.
La ilusión que había por volver a ver a uno de los boxeadores más dominantes de la historia se apagó rápidamente. Comenzaron a reflotar las dudas que hubo en un inicio, pues no fue capaz de seguirle el ritmo a un peleador 31 años más joven.
Con 58 años, Tyson volvió a subirse a un ring a casi 20 años desde su último enfrentamiento como profesional. Mientras que Paul, de 27 años, que es youtuber e influencer, nació el mismo año en el que el neoyorquino le arrancó un trozo de oreja a Evander Holyfield.
Lógicamente, el paso del tiempo se notó. Iron Mike se vio lejos de su versión más aplastante. Esa misma que le permitió encadenar 19 victorias seguidas por nocaut o ser el campeón peso pesado más joven de la historia, con 20 años y cuatro meses. Tyson sintió los años, aunque se debió conformar con un cuantioso premio. En detalle, se desembolsó cerca de US$ 20 millones tras volver a la competencia, mientras que Paul se llevó US$ 40 millones.
Lejos de lo esperado
La pelea fue tomando forma con el paso de los días y con la proximidad al show. En el careo previo, Tyson le propinó un bofetón a Paul, en un registro que dio la vuelta al mundo. Sin embargo, esto no se reflejó en el combate, que se disputó con guantes de 14 onzas, cuatro más de las habituales, y con ocho asaltos de dos minutos. Lo primero, apelando a la posible incapacidad del influencer de recibir una mano dura de Iron Mike. Mientras que lo segundo fue para no evidenciar el poco cardio del excampeón. No obstante, esto se notó desde el inicio.
Cerca de 103 kilos por lado, pero con unas decenas de años menos. Al youtuber se le vio más liviano, con mucha más movilidad. Tyson, en tanto, salió a buscarlo del primer minuto. Estaba claro que si quería ganar, debía finalizarlo en los primeros rounds. El paso de los minutos se iba a convertir en su peor enemigo.
Paul arrancó con precaución, sobre todo después del primer jab de Tyson, quien hizo gala de su potencia en los asaltos iniciales. Entre huidas y abrazos, el influencer también logró conectar un par de combinaciones. Ambos atacaron principalmente al cuerpo para buscar quitarle el aire a su rival.
Sin embargo, las fuerzas del excampeón llegaron hasta el segundo round. Del tercero en adelante fue todo para Paul, que perdió el miedo y comenzó a golpearlo sin oposición. Combinaciones, ganchos, japs. Tyson no tuvo casi defensa, aunque no dejó de tener la guardia alta.
Las estadísticas fueron reflejo de ello. Iron Mike apenas conectó 18 golpes (de 97), a diferencia de los 78 (de 278) de su rival. Fue una paliza, pero donde Paul mantuvo el respeto por la leyenda de Tyson. No logró el ko, pero tampoco lo buscó ni quiso hacerlo.
La decisión de los jueces fue unánime para Paul, que acumula diez triunfos, siete por nocaut, desde que arrancó a pelear profesionalmente en 2018. También tiene una derrota. Eso sí, cabe mencionar que ninguno de los peleadores ha sido de un nivel alto. Algunos, de hecho, provenían de otros deportes y disciplinas, al igual que el propio influencer. “Solo intenté herirlo un poco, pero tenía miedo de hacerle daño. Sí, bajé el ritmo en los últimos asaltos porque quería darle espectáculo a los espectadores y no quería hacerle daño a alguien que no necesitaba ser herido”, aseguró tras la pelea.
Tyson, por su parte, se reconoció “contento” pese a sufrir su séptima derrota a nivel profesional. “No tengo que probar nada ante nadie, solo a mi”, añadió. También sorprendió al declarar que podría sumar alguna otra pelea en su historial. “No creo que sea mi última vez”, indicó, retando a Logan Paul, hermano de Jake, quien tiene en su registro, por ejemplo, un combate con Floyd Mayweather.