Una semana loca. No hay otra forma de definir los días que vive Colo Colo. La agenda alba parece diseñada para ponerle de cabeza. El sábado, el equipo de Jorge Almirón igualó en un pálido partido con Universidad de Chile, en el Estadio Nacional. Ni siquiera alcanzó a digerir el resultado. Ni bien escucharon el pitazo final de Cristián Garay, los pupilos de Jorge Almirón pusieron la mente a trabajar en otro duelo decisivo: el que sostendrán este martes, a las 20.30 horas, frente a Junior de Barranquilla, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores. El viernes, de vuelta a la competencia local, recibirán a Coquimbo Unido. En los días siguientes, tendrán que recuperar fuerzas para la revancha ante los colombianos.
Para el Cacique, el de esta noche es un duelo decisivo, considerando que la vuelta se disputará en el país cafetalero. No por nada, el técnico de la escuadra popular se animó hasta a restarle trascendencia al Superclásico, anteponiendo en importancia el choque frente a los colombianos, por la Copa Libertadores. La razón no es casual: su llegada al Cacique obedece al objetivo de dar un salto cualitativo en el principal torneo continental de clubes. El antecedente de haber llevado a Boca Juniors a la final de la edición anterior, en la que cayeron ante Palmeiras, fue decisivo para su contratación. Ya cumplió el primer objetivo, al superar la fase de grupos.
Con lo mejor
Frente a la U, Almirón hizo jugar a dos de los tres fichajes que incorporó para la segunda mitad del año: Mauricio Isla ingresó desde el comienzo (jugó hasta los 59′) y Javier Correa, recuperado de las dolencias que le habían impedido debutar, se sumó en la segunda etapa, precisamente cuando salió el Huaso. También incluyó a Arturo Vidal, después de que el Rey superara una lesión muscular. En su caso, la presencia solo alcanzó hasta los primeros 45′. Tales decisiones son un reflejo de su intención de reservar fuerzas. La misma lógica se puede aplicar en la salida de Carlos Palacios, quien abandonó el campo de juego en los 77′. Todos serán titulares en Macul. En la antesala del duelo ante los estudiantiles, de hecho, había sido específico por la inclusión de Correa, el refuerzo más caro de los que sumó. “El jugador no ha iniciado ningún partido oficial y es un clásico. Veremos si puede jugar unos minutos y con eso ir sumando. Un entrenamiento no es lo mismo que un partido. Sin embargo, tiene experiencia y sabe dosificar. El martes llegaría en muy buenas condiciones”, estimó, respecto de su progresión.
El paso por Ñuñoa, aunque le valió críticas por la falta de osadía, le dejó tranquilo. “Estoy contento. Hicimos un buen partido, eran muchos riesgos. La verdad es que fue un muy buen marco, fue un buen partido, típico clásico. Estuvo bueno el marco de público. Hay que felicitarlos por el comportamiento”, puntualizó después del choque ante los azules. “El rival no pateó el arco, creo que fue una sola jugada. Morales le tiró el centro al final y no mucho más. Tuvimos las situaciones claras del primer tiempo, que teníamos espacio. Teníamos un poquito más de precisión, podríamos haber hecho un gol”, sintetizó, respecto del trámite del partido frente a los laicos.
Ahora, obligado a sumar una victoria clara para viajar relativamente tranquilo a Colombia, el estratega tendrá que lanzar a la cancha a lo mejor que tiene. En esa lógica, por ejemplo, Brayan Cortés, suspendido a nivel local, retomará el pórtico, que ante la U ocupó Fernando de Paul.
Lucha por las bandas
Ante la U, Almirón planteó un sistema que pretendía neutralizar el juego de los laicos por las bandas. Esa idea también le sirvió como ensayo de cara a lo que le propondrá el equipo de Arturo Reyes. “La forma de atacar de Colo Colo es con mediocampistas que distribuyen bien el juego y tienen laterales que pasan ofensivamente. Nosotros vamos a tratar de disputar ese balón en mitad de campo y los jugadores que jueguen de nosotros por banda, nos van a tener que ayudar mucho. El nivel de compromiso debe ser alto para seguir a sus laterales. Ellos usan mucho a sus laterales para atacar el campo rival”, analizó el entrenador.
La disputa se concentrará en la mitad del campo, donde el DT dispondrá a cinco hombres. Edwin Herrera y Gabriel Fuentes serán los carrileros que forzarán la mayor parte de los duelos. Esa es la principal amenaza para el Cacique. “Debemos pensar en hacer lo mismo que venimos haciendo de visitantes. Los jugadores abiertos de nosotros son mucho más rápidos que ellos por las bandas y con espacio podemos generar mayor peligro y quedarnos con este partido”, advierte el volante Víctor Cantillo, uno de los titulares. En el centro del ataque estará el jugador de mayor renombre: Carlos Bacca.