Universidad Católica celebraba el título en la cancha del estadio Germán Becker. Los jugadores querían tener a sus cercanos en la cancha y esa situación desató la disputa entre dos figuras emblemáticas: Marcelo Salas y Cristián Álvarez.

El Huaso le reclamó al Matador lo que dio inicio a un intercambio de palabras entre ambos. También estaba cerca Rosemberg Salas, el padre del Matador.

Más tarde, mientras celebraba la victoria, Álvarez se disculpó con el presidente temuquense. "Fue un momento de calentura", graficó. El Matador también explicó la situación y que le ofreció explicaciones al cruzado. "Nos encontramos, los ánimos no eran muy buenos, pero le mandé un mensaje que lo asumía", declaró a radio Cooperativa. El temor de Salas obedecía a los daños que se produjeron en el vestuario visitante cuando la UC fue campeón en 2016. "Se rompieron unos vidrios, entonces había que estar atentos. El me dijo algo, yo le respondí y esto ya pasó", declaró Salas, dando por cerrado el incidente.