Si se enfrenta al campeón, no hay que cometer errores. No muchos, al menos. En cualquier disciplina o circunstancia. Y durante la tarde de este domingo, en el Parque de los Príncipes, la selección nacional cometió muchos y variados, tanto técnicos como tácticos. Por eso, la derrota de 0-3 ante Estados Unidos, el plantel que representa al fútbol femenino más poderoso y desarrollado, fue una consecuencia lógica, que deja a las Rojas con la lejana posibilidad de alcanzar un cupo en octavos de final merced a una combinación virtuosa de resultados y una victoria, para nada garantizada, ante Tailandia el próximo jueves, en el cierre del Grupo F.
La esperanza de mantener el marcador en blanco duró poco, pese a que el cuadro de Jill Ellis reservó a buena parte de sus figuras. Apenas 11 minutos, cuando Carli Lloyd recogió un mal rechazo de Sue Helen Galaz y disparó para dejar sin opción alguna a Christiane Endler. A partir de ese instante, quedó en claro que las norteamericanas volverían a anotar. La duda era cuánto más. No es autoflagelación, sino que el análisis frío de las fallas de las Rojas: imprecisión en la entrega, rechazos defectuosos, mala ubicación, faltas innecesarias y constantes perdidas en la lucha individual. A favor, un espíritu de lucha encomiable, el trabajo defensivo de Carla Guerrero y la figura de Endler, sobre quien ya parece ocioso agregar elogios.
Honor excepcional
El segundo tiempo implicó alguna mejoría en ciertos acápites, como la marca, mayor grado de posesión y asomos de contragolpe. Las intenciones de contener el poder de las rivales no alcanzaba, pero ahí surgía Endler para evitar que la caída fuera aún más dura. Tanto, que la FIFA la escogió como la mejor jugadora de partido, honor excepcional para quien era parte del equipo perdedor.
Punto aparte fue la actuación de la jueza alemana Hussein y sus asistentes: el balón salió del campo en la jugada previa al córner que terminó en el primer tanto y luego sancionó un penal ante falta de Huenteo que se produjo fuera del área. De cualquier modo, esos yerros no hubieran cambiado al resultado del encuentro, aunque en el caso del primero, quizás sí el marcador.
En el balance, suena mal lo sucedido en París, pero es perfectamente comprensible dada la diferencia entre la escuadra que ocupa la cima del ranking FIFA y aquella que esta 39ª, entre las campeonas vigentes y las debutantes, solo por mencionar los aspectos netamente numéricos.
EE. UU. 3: A. Naeher; A. Krieger, A. Dahlkemper (82', E. Sonnett), B. Sauerbrunn, T. Davidson; M. Brian, J. Ertz (46', J. McDonald), L. Horan (59', A. Long); C. Lloyd, M. Pugh, C. Press. DT: J. Ellis.
Chile 0: C. Endler; S. H. Galaz, C. Guerrero, C. Sáez, J. Toro; C. Soto (46', Y. López), K. Araya, F. Lara (89', D. Pardo); D. Zamora, M. J. Urrutia (68', Y. Huenteo), R. Balmaceda. DT: J. Letelier.
Goles: 1-0, 11', Lloyd anota con tiro de izquierda dentro del área, tras un mal rechazo; 2-0, 26', Ertz con cabezazo en el centro del área ante córner de Davidson; 3-0, 35', Lloyd, con remate de cabeza que supera el manotazo de Ender.
Incidencia: 81', Lloyd desvía un penal con tiro bajo, a la derecha del arco de Endler.
Árbitro: R. Hussein (ALE). Amonestó a Horan y Long (EE.UU.); Lara, Huenteo y Galaz (CHI)
Estadio: Parque de los Príncipes, París.
Público: 45.594.