La violencia mancha la Supercopa. Serios incidentes entre barristas de Colo Colo y Universidad Católica mantuvieron el encuentro en entredicho durante largos minutos y generaron preocupación entre los aficionados que ocupaban el sector Tegualda, una de las tribunas del estadio Municipal penquista. De hecho, uno de los fanáticos del conjunto de la franja quedó gravemente herido, tras sufrir una puñalada, y fue trasladado a un centro médico.

Las disputas se mantuvieron por largo rato y, por momentos, fueron intensas. Se prolongaron casi por media hora Los enardecidos seguidores de ambas escuadras, separados ligeramente en el recinto deportivo, se lanzaron objetos de toda índole. Pudieron hacerlo en total impunidad, hasta que Carabineros, que ahora se ubica en las inmediaciones de los recintos deportivos, dejando en manos de guardias el control de la seguridad en el perímetro interno, ingresó con el afán de controlar los enfrentamientos.

La acción policial logró restituir la calma, aunque antes de eso pasaron varios minutos de alta tensión, un escenario inesperado para el encuentro que marcaba la apertura oficial de la temporada en el fútbol chileno.

Nadie entendía

Ni siquiera el intento de mediación de los futbolistas, quienes se acercaron a las rejas con el afán de dialogar con los más exaltados y persuadirlos para que desistieran de su actitud, había logrado efectos. Pasados varios intentos vanos por calmar a los fanáticos, los jugadores terminaron por desistir y agruparse junto a sus compañeros en zonas seguras, evitando la posibilidad de sufrir alguna consecuencia producto de los proyectiles que seguían circulando de lado a lado.

Fueron, ciertamente, momentos de alta tensión, sobre todo considerando la composición del público que había adquirido localidades para asistir al encuentro que enfrentaba a los monarcas del Campeonato Nacional y de la Copa Chile. Era perfectamente posible observar el miedo que sintieron grupos familiares y niños que se ubicaban en el sector.

Después de unos veinte minutos, la calma pudo retornar al recinto deportivo, lo que permitió la reanudación del juego. Sin embargo, la mancha ya estaba instalada.

Repudio de Boric

Nadie de los que estaba presenciando el encuentro, en el recinto y a través de la televisón, quedó indiferente frente a la bochornosa situación. Incluso el presidente electo Gabriel Boric condenó los incidentes, a través de su cuenta en Twitter. “Que tontera más grande lo que eatá pasando en el estadio (agresiones en tribuna). Se dicen hinchas (da lo mismo del equipo que sean) y con su conducta privan a todos del espectáculo del fútbol. No les importa que haya niños ni familias. No podemos naturalizar esto. No está bien”, manifestó.

A su turno, Rodrigo Díaz, gobernador de Concepción, exigió que la ANFP, organizadora del espectáculo, asuma los costos de los daños que sufrió la infraestructura del recinto deportivo penquista. “La ANFP debe responder por todos y cada uno de los daños que se ocasionan al público y al estadio Ester Roa Rebolledo. Si no saben organizar un encuentro de alta convocatoria no pueden traer más sus espectáculos a la región. Por cierto Estadio Inseguro (sic) brilla por su ausencia”, planteó, en abierta crítica a la organización del evento.

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