La semana pasada, los árbitros volvieron a los entrenamientos en campo. Los jueces no recibieron tanta atención como las escuadras que entran en la recta final de la preparación con miras al retorno del fútbol. Sin embargo, se preparan con el mismo rigor que los futbolistas a los que tendrán que mantener en los límites del reglamento. Enrique Osses, el presidente de la Comisión de Árbitros, ha vigilado de cerca ese proceso. “Los árbitros comenzaron a entrenar a inicio de la semana pasada. Se hicieron los exámenes de rigor para descartar los contagios. Llegaron bien, bastante motivados y alegres de volver a una cancha de fútbol después de casi 120 días. Están esperanzados de que todos los esfuerzos de las autoridades sanitarias y deportivas de la ANFP tengan efectos positivos y que podamos volver a iniciar nuestras competencias”, explica en la decimoquinta edición de En Cuarentena, de El Deportivo de La Tercera.
Los futbolistas pierden sensibilidad y capacidad física durante un proceso como éste, ¿qué pierden los árbitros?
Desde mi punto de vista lo que más pierden los árbitros es un poco de feeling futbolístico. Del timming, de llegar a la jugada en el momento oportuno. Vamos a tener que ser bastante efectivos a la hora de evaluar las jugadas de disputa del balón. Si es que se produce una torpeza más que una falta en sí. La intencionalidad de esa falta es por falta de fútbol o porque existe una brusquedad, una deslealtad o derechamente una mala intención. A ese tipo de situaciones nos vamos a ver enfrentados. También en la parte física; los árbitros se van a sentir ahogados, van a sentir fatiga. Hay que evaluar y trabajar para que ese tipo de situaciones sean lo menos posible.
¿Veremos jueces más lentos y erráticos, por ejemplo?
No. Diría que más lentos sí, con menos explosión en la carrera. Hay que pensar que los árbitros, a diferencia de los jugadores, en su mayoría tienen 36 o 37 años. Por su nivel etario están en la curva de rendimiento un poco más baja. Efectivamente, un deportista de esa edad pierde velocidad. Esperamos que desde el punto de vista físico no tengamos inconvenientes. Desde el punto de vista técnico está por verse. Espero que los árbitros tengan un buen feeling futbolístico, que logren disimular todos estos meses de confinamiento. También con mucho fútbol por pantalla, estamos consumiendo mucha televisión, liga española, inglesa, alemana e italiana. Eso nos va a permitir llegar con un bagaje técnico y teórico importante. Lo otro hay que suplirlo con cada experiencia.
¿Cómo se han trabajado esos aspectos durante el confinamiento?
Los árbitros han tenido una pauta semanal. Nunca estuvieron en cese de actividades. Siempre tuvieron una pauta de trabajo físico. Les controlamos a través de GPS. Los ejercicios eran a nivel individual más que grupal. Del punto de vista teórico-técnico, ellos han recibido una capacitación bastante constante para todos los tópicos que nos interesan ver, como manos, penales, fuera de juego, VAR. Aún así, a partir de hoy se van a iniciar una serie de actividades diarias, más frecuentes. Esperamos darles un apretón importante ahora para volver, esperemos antes de finales de mes, a la actividad en las canchas.
¿Cómo lo han pasado los árbitros en ese receso, en el sentido económico, por ejemplo?
Las rentas de los árbitros se vieron afectadas porque gran parte de su sueldo los árbitros lo realizan con las actuaciones semanales. Al no haber fútbol sus remuneraciones se vieron afectadas. Ha habido árbitros que se vieron afectados desde el punto de vista económico y la ANFP ha tenido que hacer planes de ayuda a través de algunos préstamos sociales, el sindicato de árbitros ha hecho su ayuda, los árbitros internacionales también. Todo ese tipo de situaciones para ir en ayuda de las familias. No han sido casos tan críticos, pero existen unos más urgentes y graves que otros.
¿Los árbitros van a tener que asumir otras obligaciones?
Los árbitros finalmente tienen bastante trabajo dentro de un partido de fútbol. Ahora vamos a tener que chequear y controlar el uso de mascarillas en las bancas, de la distancia social, que se cumpla el protocolo antes del inicio de un partido. Es lo mismo que Carabineros con la sociedad. Llamo desde ya a los jugadores, cuerpos técnicos y funcionarios que tienen que cumplir estrictamente el protocolo. Nos va a tocar controlar algunas cosas. Llamo al autocuidado y responsabilidad, a que todos los estamentos de la familia del fútbol debemos trabajar para que este plan de la ANFP se cumpla y podamos todos ejercer nuestras funciones.
¿Cómo califica el actual nivel del referato chileno?
El arbitraje chileno, y en general, es mejor evaluado afuera de casa que adentro. Mi evaluación hasta la fecha, de los cuatro años que llevamos a cargo de esta institución, es bastante positiva. Se han logrado cosas bastante importantes a nivel internacional y deportivo, para los árbitros, tanto interiormente, como para la industria y la familia del fútbol. La llegada del VAR es un logro bastante importante. Que a nivel internacional nuestros referentes dirijan constantemente a nivel de Libertadores, Sudamericana, Copa América, Mundial de Clubes, mundiales sub-17 y sub-20, que siempre tengamos representación habla bien de la estructura del arbitraje en Chile y de lo bien mirados que somos en el extranjero.
Este jueves hay elección en la ANFP y el resultado puede, también, implicar movimientos en la Comisión… ¿Cómo evalúa su gestión al mando de la Comisión de Árbitros?
Nuestra evaluación es bastante positiva. Sabemos que el arbitraje es sumamente criticado y nunca va a gozar de buenos comentarios. Pero nuestra gestión, tanto deportiva como administrativa e institucional es bastante positiva. Tenemos el proyecto VAR, que pudimos echar a andar con la ayuda de todos los directorios y dirigentes de clubes. A nuestra llegada teníamos alrededor de seis árbitros profesionalizados a tiempo completo. Ahora tenemos alrededor de 44 árbitros profesionalizados. Tenemos un departamento técnico, tal cual lo hacen los planteles de fútbol, con analistas de videos, masajistas, kinesiólogos, sicólogos, un grupo multidisciplinario de profesionales que trabajan en el arbitraje a nivel nacional y que permiten que los árbitros tengan mejores condiciones para desarrollar su trabajo. Es una evaluación positiva, pero sabiendo evidentemente que siempre hay cosas para mejorar. En las ligas europeas vemos las mismas cantidades de errores que se producen en nuestro fútbol. Esto no es un deporte perfecto y, como decía Pierluigi Collina, el arbitraje no tiene por qué serlo tampoco.
¿Qué le falta al referato chileno para estar más completo?
Ahora tenemos un gran desafío, que es potenciar y perfeccionar la herramienta del VAR. Recién llevamos dos meses y medios. Se ve como que lleváramos mucho tiempo, pero solo van 60 partidos. Ahí hay mucho por mejorar. La liga y el arbitraje femenino también tiene que potenciarse más. Queremos ver más mujeres en el fútbol masculino. Existe la calidad para que prontamente haya más mujeres trabajando en el fútbol masculino. Creo que tener a la mitad de nuestros árbitros contratados a nivel profesional al 100 % sería una gran meta.
¿Hay que suspender el VAR por los costos que implica?
El proyecto VAR tiene un presupuesto aprobado por la ANFP, aún cuando se hicieron reasignaciones y reajustes del presupuesto. En un principio estaría aprobado. Ahora bien, tenemos que trabajar con protocolos sanitarios bastante exigentes, con restricciones a la cantidad de personas y distancia que deben tener dentro de las cabinas. Eso es probable que tenga cierto nivel de restricciones que nos limiten y que a lo mejor la aprobación definitiva se vea truncada no por temas económicos, sino por temas sanitarios. Pero estamos trabajando en forma muy consciente para tratar de realizar los protocolos, de tener las autorizaciones y poder trabajar con esta tecnología que el fútbol necesita.
¿Habrá que pensar en nuevas instalaciones para su funcionamiento?
Trabajaremos con menos gente. Teníamos la posibilidad de trabajar con seis personas en la cabina, ahora serán tres, un operador y dos árbitros. Entre ellos con separaciones físicas, con planchas de policarbonato y todas las medidas de seguridad. Ese es el cambio más profundo que tenemos.
¿Qué evaluación hace del funcionamiento del VAR en Chile?
Esos resultados están a la vista en términos numéricos. El VAR ha intervenido en 66 oportunidades, donde ha hecho justicia deportiva en gran parte de ellos. Se han chequeado alrededor de 450 penales y solamente nos hemos equivocado en cuatro. Cuatro de cuatrocientas. Desde el punto de vista de los penales, estamos bien. Desde el punto de vista de las tarjetas rojas, se han chequeado alrededor de 250 posibilidades de rojas y se han expulsado a 49 jugadores. Solamente por efectos del VAR no hemos expulsado solo a uno que debió ser expulsado. No ha habido ningún gol en fuera de juego en este campeonato. Podemos discutir en relación a la línea, que es fea, que se demora mucho, pero FIFA está trabajando en una mejor evaluación y determinación de la posición de fuera de juego. Con la actual regla el software se tiene que lanzar de esa manera. Es un poco tedioso, pero es objetivo. Tenemos que mejorar en hacer más rápido ese proceso. Tenemos errores, pero son pocos en relación a la cantidad de aciertos.
Si pudiéramos evaluar en términos de porcentajes, ¿en qué escala estamos?
Te diría que estamos en un 65 % de rendimiento. Tenemos mucho por mejorar, mucho margen para hacerlo mejor. Entre todos los partidos que hemos jugado, 65, cada árbitro certificado ha hecho en promedio tres partidos de VAR. Eso es muy poco para evaluar un rendimiento. Cada árbitro debería tener al menos unas 10 o 12 participaciones. Nos falta experiencia en algunos árbitros de VAR. Solo hemos tenido nueve fechas de trabajo. Comparemos con los árbitros de VAR de España, Italia, Inglaterra. Se cometen las mismas polémicas, las mismas demoras, nos demoramos muy similar. Ellos llevan dos años y medio trabajando con esta tecnología. Las mejoras son evidentes y el desafío es mejorar.
Hay países sudamericanos que miran hacia Chile. Usted ha brindado charlas en el extranjero, ¿qué le parece ese rol docente? Es un orgullo y privilegio para mí poder ser parte del staff técnico de FIFA. Poder volcar toda mi experiencia como árbitro y dirigente, en visitar a potencias futbolísticas mundiales como Argentina y Brasil, donde he tenido la posibilidad de exponer sobre la experiencia en Chile. Nuestro país está muy bien considerado y es un modelo a seguir en cuanto a la organización y planes de estudio. Eso me llena de orgullo por el equipo que me toca liderar.
¿Mantiene la idea de que los árbitros se tienen que adaptar a los jugadores?
No es una característica que yo me haya levantado un día y lo dije. Es una directriz que implica FIFA. Creo que la polémica fue inventada, artificial. Si escuchas el audio completo de esa capacitación que hice se pueden dar cuenta que no niego lo que dije. La polémica se genera porque yo nombré a una persona por su función de árbitro, pero en ese mismo diálogo hablo maravillas de esa persona y digo que fue un referente para todos los que fuimos árbitros.
Esa persona es Javier Castrilli, quien declaró que “su mediocridad como árbitro guarda directa relación con su mediocridad como instructor” y añadió que “todos deben adaptarse a las reglas”.
Cada uno es libre de opinar lo que le parezca. No mandé mi curriculum a la FIFA para ser instructor. He ido a dictar cursos de Javier en cinco o seis oportunidades. Estuve recientemente apoyándole en la capacitación de los árbitros del VAR. Es la opinión de él. Creo que la polémica fue más bien inventada y recreada, porque se extrajo solamente una parte de mi comentario y no el fin. Yo no invento las pautas que se deben considerar para darle las directrices a los árbitros modernos.
¿Hay temor, como plantea Castrilli, en los árbitros chilenos con respecto a sancionar o no un penal?
Los hechos marcan que a través de nuestra gestión el arbitraje chileno ha estado presente desde 2017 en todas las finales de América. Esa explosión que han tenido los árbitros en el último tiempo se debe a una instrucción clara, precisa y directa que reciben. Si no tuviésemos ese reconocimiento internacional, de parte de Conmebol y FIFA, los árbitros no tendrían la base de formación que tienen. Se debe a sus logros actuales. Si los árbitros no hubiesen entendido el mensaje, difícilmente podrían llevar a cabo las cosas que realizan en la cancha. Ese es el hecho. Lo que yo diga es mejor que lo interpreten los árbitros a que lo haga un comentarista arbitral.
¿Pasó de moda el juez autoritario, como era él?
A mí en algún minuto me decían el Javier Castrilli chileno, el sheriff, el caradura, mil cosas. Yo podría seguir con esa doctrina o ese perfil de árbitro que también me caracterizó, de ser un tipo seco, pesado, de poco diálogo en la cancha. Pero yo no pretendo que todos los árbitros sean como yo dirigía o como lo hacía Castrilli, sino que tengan el perfil de árbitro moderno, que es el que quiere FIFA para el arbitraje. Yo transmito ese mensaje. Fue mal interpretado y tiene un contexto diferente.
¿Se sintió alguna vez un juez autoritario?
No. Yo fui un árbitro de poco diálogo con los jugadores. Mi diálogo era hacer justicia deportiva. Tenía las tarjetas amarillas y rojas para cuando los jugadores se salían de las normas. Se decía de mí que era autoritario, pesado, seco, pero es lo que nos toca.
¿A sus alumnos les pide replicar su estilo?
No ves ahora árbitros del estilo que yo arbitraba, porque el mundo del arbitraje cambió, el fútbol cambió. Uno tiene que adaptarse a las diferentes realidades que el fútbol va tomando. Los árbitros tienen que hacer cumplir las reglas, pero cada uno verá con qué característica lo realiza. A uno le resultará más fácil ser apático o empático. A otro le resultará ser más conversador y dialogante. Eso depende de cada uno. Lo importante es que en la cancha se sancione lo correcto, que el árbitro influya lo menos posible en el resultado del partido y que se equivoque lo menos posible. Tiene que ser flexible para adecuarse a diferentes realidades.
¿Por qué les prohíbe hablar a los árbitros incluso ahora que no hay competencia, polémicas ni riesgo de que se equivoquen?
A los árbitros no se les prohíbe hablar, se les prohíbe dar declaraciones durante el desarrollo de la competencia. Eso tiene que ver con que los árbitros no pueden dirigir el partido posterior a que terminen de arbitrar. Eso no es una recomendación de la comisión de árbitros, es una recomendación que baja de FIFA y Conmebol.
¿No será bueno transformar al árbitro en un actor más fluido? Que el juez pueda comentar, aclarar…
Para esto está la vocería de la Comisión de Árbitros. Porque el árbitro es un actor deliberante. Lo que le puede estar aclarando a un club le está molestando a otro club. Después te vas a involucrar con ese club en cuatro o cinco fechas más y vas generando ciertos roces personales que no son buenos ni para él ni para los dirigentes del club, los jugadores y la afición. El árbitro no debe hablar después de los partidos. Cuando los árbitros de Chile hablan, junto con pedir permiso a la Comisión, también tienen que emitir comunicaciones a Conmebol y FIFA, porque está regulado que no pueden dar declaraciones. Fuera de la competencia, cuando ya no estamos en una competencia, los árbitros han dado declaraciones todo el tiempo. Cuando se reanude la competencia y termine, harán un resumen de su año.
De su paso por el arbitraje, ¿cuál es el momento que más atesora?
Muchos. Mi debut en Primera Divisón, mi primer partido internacional, mi primera final de Copa Libertadores, de Copa Sudamericana, la Copa Confederaciones, el Mundial, Mundial de Clubes, Copa América. Si tuviera que elegir uno, diría que fue arbitrar en el Mundial de Brasil, Japón contra Costa de Marfil, el primero de los dos que dirigí. Fue un momento que nunca pensé cuando me inicié en el arbitraje. Poco a poco fui avanzando. Lo vi con más cercanía y cuando lo vi próximo me abracé a esa posibilidad y tuve la suerte de ser uno de los pocos árbitros que ha representado a la Federación de Fútbol de Chile en un Mundial.
¿Y el que quisiera olvidar?
Siempre para un árbitro dirigir una semifinal de Copa Libertadores es un momento gratificante. Tuve la oportunidad de dirigir Gremio-Cruzeiro en el Mineirao, en 2009. Salí lesionado en el minuto 75, un desgarro muy profundo. Esa situación me trajo sinsabores, amargura, porque era la primera semifinal de un campeonato importante y haber salido así, en camilla, no es grato para un árbitro. Lo tengo como un punto bastante negativo en mi carrera arbitral. Me sirvió esa situación para darme cuenta que no estaba bien preparado desde el punto de vista físico que se necesitaba para un árbitro de primer nivel. Fue un momento duro para mí y de ahí saqué experiencia para tener cambios en mis conductas físicas y lograr mi objetivo.
¿El más complejo de resolver?
Uno en el campo de juego ve la situación pasar, la evalúa y si tiene que tomar la decisión lo tienes que hacer. El árbitro no evalúa las consecuencias posteriores de esa decisión. Así que ninguna en particular. Cuando tomé las decisiones que tomé, tanto técnicas como administrativas, no tuve problemas al tomarlas si es que tenía los elementos de juicio para poder hacerlo.
¿Qué sensación le produce verse en el meme con su imagen y el mensaje ‘Penal para la U’?
No me produce nada. Es un hecho que escapa del fútbol. No me genera ninguna emoción ni sensación.