El Mundial Sub 20 no se jugará en Indonesia. La causa es política: la FIFA reaccionó de forma drástica a la manifiesta intención de autoridades gubernamentales del país asiático de vetar la participación de Israel, considerando que el anfitrión original del evento se ha definido como un abierto aliado de la causa palestina. En Zúrich no toleran esas intromisiones y actúan en forma enérgica cada vez que se producen. En consecuencia, a menos de dos meses del inicio del torneo, aún no se sabe con certeza donde se jugará. Eso sí, ya hay una mano que se levantó sigilosamente para afrontar la emergencia: la del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia.
Chiqui Tapia, como es conocido en el fútbol, confía plenamente en la capacidad organizativa de la AFA. Ciertamente, al país transandino no le falta infraestructura deportiva para albergar el evento en forma rápida y eficiente. Hasta cuenta con estadios relativamente nuevos o profundamente refaccionados. Los hay en Buenos Aires, La Plata y en Santiago del Estero, por citar algunos ejemplos.
La real motivación
Sin embargo, la motivación no es todo lo altruista que parece. Detrás de la diligente actuación del mandamás del balompié transandino hay otro propósito: asegurar el cupo que permitiría la participación del combinado transandino en el certamen.
Tal como Chile, en el Sudamericano de la categoría la Albiceleste sumó un sonado fracaso: terminó en el cuarto lugar del grupo A, detrás de Brasil, Colombia y Paraguay. Sumó apenas tres puntos, producto del triunfo ante Perú. Los demás encuentros terminaron en derrotas.
A comienzos de marzo, Javier Mascherano, quien dirigió al combinado, presentó su renuncia. Ni los intentos de Tapia para conseguir que se quedara sirvieron para convencerlo.
El Jefecito fue sincero en sus razones. “No hay demasiado que pensar. Obviamente, agradecerles a todos, al presidente por la oportunidad, a los clubes porque siempre nos han dado una mano, nos han dado los jugadores”, planteó después de la caída ante el anfitrión. “No hay excusas, el que fallé soy yo y me tengo que hacer cargo”, sentenció.
“Lo mejor ahora es poder volver a la Argentina, estar tranquilo y muy agradecido por la oportunidad. No es fácil tenerla, sobre todo de dirigir a la selección argentina y a este tipo de futbolistas. He fallado y tengo que reconocerlo”, concluyó en es ocasión.
Igualmente, Argentina es un combinado que ofrece nombres atractivos. El más interesante es Alejandro Garnacho, quien ya ha sido considerado por Lionel Scaloni para la adulta, aunque no pudo ser utilizado por Mascherano debido a la negativa del Manchester United a facilitarlo. También destacan Máximo Perrone y Nicolás Paz, por citar a algunos.