Los Juegos Panamericanos ya están aquí. 48 horas antes de la ceremonia de inauguración, las primeras banderas nacionales flamearon en las tribunas de las nuevas canchas del béisbol chileno. Fueron más de un centenar de personas que llegaron a las 9.30 de la mañana para presenciar el enfrentamiento que dio arranque a las pruebas deportivas de Santiago 2023: el duelo entre Chile y México.
Más allá del aplastante resultado (16-0) de una selección favorita para pelear por las medallas, frente a otra que aún es semiprofesional como la chilena, el cotejo marcó el inicio del evento deportivo más importante que ha recibido el país en los últimos 50 años. Uno que ha tenido que cruzar por situaciones complejas, pero también por grandes hitos, como la renovación casi total de los estadios donde las selecciones se desempeñarán en el futuro.
Las nuevas canchas de béisbol del Parque de Cerillos entran en esa categoría. Situadas en el extremo sur del pulmón verde y alejadas del acceso para la Villa Panamericana (Avenida Departamental), se levantaron en un terreno que en 2021 fue entregado por un comodato a la Federación de Béisbol de Chile.
En un principio, el acuerdo sería por 30 años, pero, según pudo averiguar El Deportivo, este finalmente se redujo a solo cinco. Por eso algunos jugadores y dirigentes manifestaron esta jornada su preocupación con una posible pérdida del espacio una vez que se termine el contrato, sobre todo, si se piensa que la mayoría de la obra es 100% desmontable. Tanto las gradas como los camarines, baños y salas de prensa se pusieron especialmente para el evento. Quedarán las canchas, los banquillos y los espacios de práctica. Todo el resto que, en teoría, permite que se le llame estadio al sitio, podría salir de ahí.
De darse, sería un golpe para los seguidores y deportistas nacionales, a quienes hoy no les importó el frío matutino, el horario, que fuese un día laboral ni que el partido se haya puesto cuesta arriba desde el comienzo. Apoyaron, cantaron e, incluso, se ilusionaban cuando se dieron algunas chances de ponche para Chile. Ese compromiso fue uno de los comentarios que más se repitió en el post partido entre los representantes nacionales. “Ver a tanta gente en un partido de béisbol era algo impensado. Cantar el himno con un equipo como México al frente fue hermoso. No fue una preparación fácil, pero ya vimos la realidad y esperamos mejorar”, comentó el seleccionado Allan Chu a El Deportivo.
Accesos poco claros
Lo que sí no fue fácil para el público fue encontrar los recintos. El Parque Bicentenario de Cerrillos tiene 250 hectáreas, diferentes accesos y tres lugares claves en estos Juegos Panamericanos. Por el lado norte (Av. Departamental) está la Villa Panamericana. En el centro (Av. Los Cerrillos) se levantaron los Muros de Escalada para las competencias de esta disciplina. Finalmente, en el extremo sur (Av. Pablo Neruda) está la entrada para las canchas de béisbol y sóftbol.
El problema es que estos dos últimos no tienen carteles explicativos en sus entradas, haciendo imposible que desde afuera se pueda distinguir con claridad cuál es el estadio que se está buscando. Es una tarea que la organización tendrá que mejorar durante estos días, porque se hace muy confuso poder encontrar cuál es el ingreso correcto. Que no haya estacionamientos dentro de los espacios también es complejo, pero sí es verdad que existen lugares públicos donde se pueden dejar los autos en las cercanías a los tres eventos.
Un encuentro de delegaciones
Mientras Chile y México jugaban en el diamante principal del Béisbol, Cuba entrenaba a un costado, en el campo secundario. Después sería el turno de Panamá y, una vez terminado el encuentro de los nacionales, el de República Dominicana. Las tres potencias continentales preparaban sus técnicas para el debut y también aprovechaban de mirar a sus rivales. Una señal clara e icónica de estos eventos multiculturales.
Ahí es donde la figura de Ricardo Eizmendi aparece en la historia. El jefe técnico de la Federación Cubana de Béisbol vio todo el partido entre Chile y México en el tercer piso de la torre que se levanta detrás del catcher (receptor). Con una pistola de velocidad y una aplicación en su computador, iba anotando todos los detalles de los que podrían ser sus rivales. Dice que ese es uno de sus trabajos principales como scouting de la selección. En medio de esas labores también tiene tiempo para conversar con La Tercera.
“Están empezando. El béisbol es un deporte en donde hay que trabajar mucho. Creemos que van dando pasos importantes. Quizás deben enfatizar un poco en el área de pitcheo (lanzadores) para tener mejores resultados, pero esto no es llegar y jugar. Es un deporte bien táctico, que tiene muchísimas cosas. Pero creo que sí, que con el trabajo van a ir mejorando”, comenta el profesional que desde hace seis años trabaja con la selección más ganadora (12 medallas) en la historia de los Juegos Panamericanos en esta disciplina.
Reflexión que es sostenida por Wilmer Ríos, uno de los referentes del equipo mexicano, quien incluso estuvo este año en un campamento con los Cincinnati Reds. “Como cualquier deporte no es fácil llegar y que de la noche a la mañana, o en poco tiempo, tratar de hacer algo grande, pero es bueno que vayan avanzando en ese aspecto de que se está apoyando el deporte. Yo creo que con el talento que poco a poco se vaya dando, se van a ir dando buenos resultados”, sostiene sobre sus rivales durante la jornada de miércoles.
La cancha pasó la prueba
Este además no fue solo el primer duelo de estos Juegos Panamericanos, sino que también el primer partido que recibe la cancha de Cerrillos. Tras terminar su construcción, el campo se mantuvo en total cuidado, siendo usado por primera vez esta jornada.
Una prueba de fuego que para los especialistas tuvo nota positiva. “Bien, muy bien. Sabíamos que iban a crear un campo de béisbol aquí y no esperábamos menos. Yo creo que fueron unas instalaciones muy buenas, el campo estuvo muy bien, creo que para los pitchers lo principal, la loma de picheo está excelente. Muchos nos preguntaban, como está la loma y la verdad es que está muy bien, está muy buena, en el nivel exacto para jugar este tipo de torneos”, comentó Ríos.
Eizmendi, que no se despegó de su computador durante todo el encuentro, también le dio el visto bueno a la cancha. “El campo a simple vista se ve bien. Se ve que está recién inaugurado, pero no se ve en mala forma. Quizás le pondría una pizarra un poco más grande para la información, pero, por lo demás, el campo se ve en perfecto estado para jugar el béisbol”, concluyó.