El mismo día que cayó en desgracia, comenzó su redención. Y apenas marcó el primer gol de la U en el Clásico Universitario, le mostró al mundo la fórmula que utilizó en su celebración: taparse los oídos.

Nicolás Guerra, el joven delantero de Universidad de Chile, logró dejar atrás una jornada negra en Copa Chile, dónde se perdió el penal que le costó la eliminación a su equipo, para convertirse en el héroe de los laicos en el Campeonato Nacional.

Transformación que comenzó la misma noche en la que todos lo apuntaban con el dedo y pedían su salida del equipo titular. Fue allí cuándo el técnico de los estudiantiles, Mauricio Pellegrino, lo respaldó a muerte y lo dejó claro en la rueda de prensa posterior a la fallida llave con O’Higgins. “Los penales lo fallan los que tiran, los que ejecutan y los que toman la responsabilidad, los que dan la cara, y prefiero tener ese tipo de gente”, aseguró el transandino.

Y si bien no hubo una reunión especial entre ambos durante la semana, Pellegrino le dejó claro al canterano que su puesto no estaba en discusión y que confiaba en su talento. De hecho, el estratega desde el primer ensayo para el encuentro con los cruzados dejó en claro que Guerra sería titular.

Pero ese no fue el único apoyo que tuvo dentro del vestuario. Matías Zaldivia, Nery Domínguez y, sobre todo, Luis Casanova, fueron el soporte del nacido en Santiago. Dándole constante ánimo y apagando cualquier intento de crítica interna, los referentes blindaron al delantero y le remarcaron que no escuchara las palabras mal intencionadas.

“Muchas veces se te juzga de más, pero lo lindo del fútbol es que hoy tuvieses tu revancha y lo hiciste excelente... Sigue siendo la tremenda persona que eres y nunca dejes de creer en ti porque eres un animal y el equipo así lo siente y te respetamos por lo mismo”, posteó el capitán del Romántico Viajero en su cuenta de Instagram (@luiscasanova.s).

El llamado de los ídolos

Atendiendo el consejo de sus compañeros y el de su propio equipo de trabajo, con el cual entrena fuera del Centro Deportivo Azul, Guerra dejó las redes y no consumió noticias deportivas durante la semana.

“No escuchar y sólo trabajar” fue la consigna que se puso a sí mismo. Y si bien en el club hay una sicóloga que apoya a los futbolistas, no hubo charlas aparte con el ariete. Sólo trabajo intenso en lo físico, pues el artillero sabía que debía responder a la táctica de pelotazos largos y recuperaciones rápidas con las que enfrentarían al cuadro de Las Condes.

Sin embargo, el jugador no dejó de lado el aspecto sicológico. Esa parte fue cubierta por las arengas que recibió de parte de Johnny Herrera, Marcelo Díaz y Luis Musrri. El primero lo hizo a través de la pantalla del canal para el cual trabaja y los dos últimos ocuparon el celular para realizar sus arengas.

“Tuve llamados de varios lados y eso lo agradezco mucho. Le doy las gracias al profe Luis Musrri que me llamó, también tuve una charla con Marcelo Díaz, el jugador, que también se lo agradezco. Eso que de verdad me llena el corazón”, reveló el aludido en TNT Sports.

Y con ello dejaba atrás la pesadilla. Una vez más, el reducto de Independencia lo recibiría junto a Universidad de Chile. Guerra asumía que no habría otra chance para demostrar su valía. Por eso, cuando marcó el primer gol se tapó los oídos. Era su forma de decir que se había levantado y aún podía ser figura del equipo que ama. “Fue un desahogo por el gol y el triunfo. Y si bien me trato de abstraer de las críticas, sé que siempre van a estar. Duele, no voy a mentir, pero hay que seguir. Así es el fútbol. Tenemos que seguir trabajando, porque en la victoria y en la derrota hay que seguir igual”, concluyó.

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