La llegada del Covid-19 lo obligó a apagar las luces de su hotel y los focos de sus canchas sintéticas en Rapa Nui. Es Roberto Araki (41), un empresario que detrás de sus negocios, hoy suspendidos por la pandemia, esconde una historia futbolera marcada principalmente por “el partido del siglo”, como llamó la FIFA al encuentro entre la selección de Isla de Pascua y Colo Colo, en 2009.

Aprovechando el corto día que le permite el municipio de la isla, que redujo la actividad laboral hasta las 15.00 horas en todo el territorio, Araki sigue sus rutinas en lo que le va quedando por hacer, mantener su único negocio activo con el que se abastece durante la pandemia, una ferretería. Eso sí, siempre a la espera del visto bueno para volver a practicar la pasión que lo ha hecho conocido entre su comunidad.

“En estos momentos estamos todos en casa, cero deporte. El estadio municipal está cerrado hasta el momento. Yo creo que este será el último mes de cuarentena, no hay casos. Hubo cuatro, pero se controlaron, y eso fue en marzo. Además no ha ingresado ningún avión con pasajeros, solo mercadería y quienes son residentes, y ellos se bajan del avión y entran en cuarentena obligatoria altiro. Igual se puede salir, pero hubo un compromiso de quedarnos en la casa para cuidarnos, pero no es obligatorio”, explica el mediocampista sobre la realidad que se vive estos días en la isla.

El fútbol adulto en Rapa Nui consta de dos categorías oficiales, la senior (35 años en adelante) y una “open” (todo público), que vendría siendo la alta competencia. Roberto juega en ambas. “Acá el fútbol es más amateur. Algunos equipos entrenan, pero la mayoría llega el fin de semana a jugar nomás. Durante estos meses entrenamos a conciencia. Yo tengo mis canchas pero no las uso por respeto”, dice.

Su teléfono no deja de sonar para solicitar la apertura de su recinto deportivo. Sin casos de coronavirus en el territorio las ganas por volver a la normalidad aumentan, pero Araki se mantiene firme. Esperará el fin de las medidas de precaución dictadas por el municipio.

En lo deportivo, Roberto ya viene de vuelta. Sus días de gloria en las canchas pascuenses pasaron, pero a sus 41 años no logra despegarse de la selección. Actualmente se mantiene de ayudante en el plantel, donde comenta que los jóvenes jugadores lo respetan y escuchan. Aunque cuando el deber llama, no queda otra que responder. “Nos preparamos una vez al año para ir a Tahití, donde hay un campeonato bueno entre marzo y abril y van equipos de varias islas. La vez pasada terminé jugando. Eran partidos casi todos los días, con muchos desgarrados y todo eso, y al final tuve que jugar. Pero más que nada solo apoyo, hay que darle la oportunidad a los jóvenes”, relata, además de contar que este año iban a volver a participar en el certamen amistoso, pero el Covid-19 arruinó los planes a falta de semanas.

El partido del siglo


Años jugando en el fútbol amateur no es lo que ha hecho conocido a Roberto Araki, sino un partido en específico, el que enfrentó a la selección de Isla de Pascua y Colo Colo en la primera fase de la Copa Chile del año 2009. ¿El resultado? Una goleada 0-4 a favor de los albos, quienes se mostraron respetuosos en todo momento ante la cultura pascuense, exhibida principalmente en el hoko previo al encuentro, similar al haka de la selección de rugby de Nueva Zelanda.

“Ese partido fue muy importante, se tomó con seriedad. Tuvimos como un mes y medio para entrenar y mandaron a un director técnico, Miguel Ángel Gamboa, quien nos entrenó y aprendimos harto de él. La derrota la tomamos con honor. Los primeros 27 minutos, antes de que nos hicieran el primer gol, estuvimos atacando y atacando. Igual se asustaron un poco, Tocalli incluso se puso nervioso un rato, no pensaron que íbamos a aguantar tanto, pero nos mató el físico”, recuerda el volante de contención, titular en aquel duelo.

Pese al recuerdo, y lo que el partido ayudó a difundir el fútbol pascuense, todo se esfumó tras el pitazo final. “Esa generación quedó ahí, porque fue un solo partido esa Copa Chile. Esa ocasión fue la primera y última vez que jugamos contra un equipo profesional. Nos sentimos discriminados, nosotros pensamos que esto iba a seguir para la otra generación, que se podía hacer una vez al año por lo menos”, lamenta Araki, con la esperanza intacta: “Sería bueno que se vuelva a repetir”.

Otro de los hitos del balompié pascuense que lo tuvo en cancha fue la inauguración del estadio municipal de la isla, en 2014, donde estuvo presente ni más ni menos que Pelé. “Hicimos dos selecciones y jugamos. Tuvimos a Pelé al lado, no hubo mucha comunicación aparte de lo que habló con traducción, pero compartimos con él. Lo llevó Elías Figueroa”, cuenta.

Hoy, Roberto Araki sigue bajo las órdenes de una cuarentena voluntaria en Rapa Nui. Está también a la espera del retorno a la normalidad para continuar con el desarrollo de sus empresas, pero por sobre todo, listo para volver a una cancha en la isla que lo vio hacer historia, una breve que quiere seguir creciendo en el deporte nacional.