Se le nota en los gestos, en la postura de las manos. En las pausas constantes antes de responder. A punto de llegar a los 36 años (los cumple en octubre), Jorge Valdivia intenta aplacar su yo más explosivo. Le cuesta, eso sí. Dice que siempre ha sido igual, que detesta las caretas.
La aclaración es válida. Aparece en medio de la entrevista que le concede a La Tercera en las instalaciones del Club Conecta, en La Dehesa, espacio que siempre aprovecha para presentar lo último de Magic Games, la empresa de entretenimiento deportivo que creó hace algunos meses y que poco a poco se ha masificado con mesas similares a las del ping-pong, pero donde se juega con una pelota de fútbol. El deporte, así lo describe el Mago, se llama Futmesa.
¿Cómo nace el emprendimiento?
Hace dos o tres años, vimos en redes sociales que se jugaba en una mesa similar a esta (muestra la mesa en que está sentado), pero que no es igual, porque en esas no te podías subir. Así se nos ocurrió esto. El hecho de que acá te puedas subir hace una diferencia en relación a la otra.
¿Le gusta su lado empresarial?
Esto se generó con un amigo que apostó por esto. Yo lo apoyé, aprovechándonos un poco de la imagen que tengo y mi exposición ante el público. Pero también porque tratamos de imponer este deporte. Queremos llegar a más gente, en los colegios ya están jugando y queremos llegar a más todavía, también a los clubes, las universidades. Queremos que muchos practiquen este deporte, porque en verdad así lo vemos nosotros, como un deporte, que involucra bastante actividad física.
¿Y le ha ido bien?
No podría decir lo contrario. De hecho estamos lanzando nuevos productos, como la Smart Table, que es más pequeña y portátil, que permite hacer deporte en tu casa. Nunca hemos tenido problemas, no hemos tenido que reforzar ni cambiar nada. Y podemos seguir creciendo, pero siempre tratando de innovar en cuanto a productos.
¿Se ve como empresario cuando ya esté lejos del fútbol?
Espero yo dejar al fútbol y que no el fútbol me deje a mí. Una vez que deje de jugar, la idea obviamente es que Magic Games igual siga, ojalá más consolidado y que haya más gente jugando a esto. Pero tampoco es algo que tenga que ver con mi proyección para cuando me retire del fútbol profesional.
Últimamente se le ha visto más reflexivo y opinante. ¿Por qué ese cambio? Si es que hubo cambio.
Cuando uno habla de fútbol, cuando te gusta el fútbol y tienes conocimiento de qué es lo que vas a hablar, es más fácil. Después está el ambiente donde tú hablas. Me ha tocado ir a programas que no se relacionan con el camino de la pelea, sino que hablamos de fútbol, del gusto personal, de lo táctico. De las características de los jugadores y de los equipos. Es un ambiente que no desconozco, porque estamos hablando de fútbol y no de cocina, por ejemplo, que es algo para lo que soy muy malo.
¿Entonces no es nuevo?
Soy así. En mi vida normal no soy distinto. Cuando hablamos en serio, hablamos en serio. Y cuando hay que divertirse, pasarla bien y tener un poco de locura, también la tengo.
¿Cuál es su mirada general del fútbol chileno?
Siempre he dicho que tenemos que valorizar lo nuestro y lo nuestro es el fútbol chileno. Por el hecho de que los equipos no tengan los mismos rendimientos internacionalmente, no pasen rondas, no podemos estar diciendo que el fútbol chileno es malo. Acá hay buenos jugadores, varios que nos representan en la Selección. Entonces, cada vez que se habla del fútbol nuestro, siempre se intenta reflejarlo en cómo te va internacionalmente y desde ahí se saca un análisis sobre si es competitivo o no. Yo no considero que ese sea el camino, porque siento que el fútbol chileno es competitivo. Sí le faltan otras cosas para rendir afuera: más jugadores de experiencia, que puedan llegar y conversar con un árbitro y que el árbitro no te mire por el hombro. Lamentablemente es así.
¿Lo dice en serio?
Sí.
¿Y a nivel de arbitrajes y organización, por ejemplo?
¡Es que ya hablé del fútbol chileno, poh! Tenemos un árbitro que dirigió la final de la Copa América, que ya dirigió la final de la Copa Libertadores [Roberto Tobar]. Como todo en la vida, en Chile, en Argentina, en Brasil... hay árbitros buenos, malos, más o menos. Es así.
Hace un tiempo le escuché decir que si hubiese sido más profesional cuando joven, habría llegado a un club grande de Europa...
Quizás sí, quizás no. El fútbol no es como cualquier trabajo. Tú cuando trabajas en una oficina y te esguinzas un tobillo, sigues yendo igual a trabajar con una bota. No pasa así en el fútbol. Entonces no hay certeza de qué es lo que debiste haber hecho para llegar a un grande a un Europa.
¿Pero cuál es la diferencia con el Valdivia que no era profesional? ¿El de ahora sí lo es?
Me refiero a que ahora descanso más, me alimento mejor. Me entreno más. Yo cuando tenía 20 años era muy bueno para la pelota y con eso sentía que ya era suficiente. Hoy en día, tienes que correr, tienes que estar bien físicamente, hay que cuidarse de las lesiones.
Es un tema de madurez...
Es que eso te lo va dando la vida. Uno va madurando con los años. No conozco a ningún futbolista maduro de 17 años.
¿Qué restringe en sus comidas?
Uno restringe lo que la gente debe restringir siempre para tener una salud adecuada a nuestra vida. Restrinjo las frituras, las bebidas, el azúcar. Creo que para tener una salud buena, que es en lo que estamos fallando como población por todos los índices de sobrepeso en el país, uno de los más altos del mundo, hay que alimentarse mejor. Y creo que yo lo hago.
¿Siente que el futbolista joven de hoy es menos profesional?
Cada vez es más difícil poder ser profesional desde joven. Yo también fui joven y me hablaban también de entrenar, de trabajar o de alimentarme bien, descansar... y yo simplemente no hacía caso. Hoy en día pasa lo mismo.
¿Y no se arrepiente de eso?
Es que si vamos a hablar de lo que uno se arrepiente o no, tendríamos que ponerlos a todos en la pared y empezar a decirles: "te arrepientes, te arrepientes, te arrepientes...". Yo creo que la vida es una sola y si hiciste lo que hiciste, ya está. Tienes que disfrutar nomás lo que estás viviendo.
Ejemplos mundanos. ¿Se come un bistec a lo pobre?
Me lo como en vacaciones...
¿Alcohol? ¿Ya no bebe?
Yo creo que cuando uno está con la familia y tu mujer te pide una botella de vino para comer, puedes acompañarla. No le veo problema.
¿Tortas, pasteles?
Me encantan, pero uno tiene que saber cuándo puede y cuándo no.
¿Cree que el joven de hoy es menos futbolizado? ¿Sabe menos de táctica, rivales, temas técnicos?
La verdad es que no sé, porque no convivo con un futbolista de 17 años. Yo tengo mi familia, termino de entrenar, me voy a la casa, voy a buscar a mis hijos... Tú no vives con los colegas más jóvenes. Entonces, yo no te puedo preguntar si tus colegas son profesionales o no. Esto es lo mismo. Entreno con ellos, pero después de eso no sé si se van a sus casas, si van a ver fútbol, no sé si siguen entrenando.
¿Aún sueña con la Selección?
La Selección es lo más grande y lo más bonito que le puede pasar a cualquier jugador, pero te repito, hay que vivir el presente y no puedo estar poniéndome en una suposición de clasificatorias si no han empezado. Lo mismo con la Copa América.
¿Pero quiere seguir vigente para ser considerado en la Roja?
Tengo 36 años y todavía quiero jugar. Creo que esa es la mejor respuesta que te puedo dar. Si no tuviera ambición ni objetivos, ya me hubiese retirado hace rato.
¿Cómo es su relación con Mario Salas en Colo Colo?
Normal, de entrenador a jugador. Es una relación normal, diría yo. No hay mucho que decir.
Salas llegó a Colo Colo y casi de inmediato se puso en duda si usted podía adaptarse al vértigo y la intensidad que él propone. ¿Por eso usted dijo que el fútbol era para los inteligentes?
Lo que pasa es que si queremos verle el lado de que el fútbol es para los inteligentes y que los inteligentes no entrenan, ya es una interpretación de quien está escuchando. Yo voy todos los días a entrenar, soy el primero en llegar y uno de los últimos en irme. Lo de la frase que dije fue porque se hablaba mucho de la intensidad, que esto y que lo otro... en mi caso siempre se ha hablado de si mi físico aguanta y siempre termino jugando. A la pelota se juega con los pies y la inteligencia. Independientemente de que un equipo tenga 200 por ciento de vértigo o 500 mil de intensidad, cuando hay un tipo que le gusta jugar y es inteligente, siempre va a ser útil. Ahora, eso no significa que yo llego solamente a la concentración y al otro día juego. No. Yo me preparo, porque voy a cumplir 36 años y para alguien de mi edad es obligación prepararse.
¿Cuándo aparecerá el Colo Colo arrollador en Chile?
Tuvimos un traspié que ya lo sufrimos en años anteriores, que fue lo de la Sudamericana, que nos dolió a todos. Y en el resto, estamos ahí en la pelea. Lo importante y lo que el hincha quiere siempre es ser campeón. Estamos con la ilusión en la Copa Chile y en el campeonato estamos en la lucha. Estamos ahí, seguros...
¿Colo Colo debe buscar ya al nuevo Paredes?
Esteban se retira a fin de año y Colo Colo tiene en sus funciones a los encargados de ver eso. En qué minuto buscar al reemplazo, qué tipo de jugador... Hay un entrenador que va a exigir tal tipo de jugador y los profesionales encargados de eso lo verán. Yo como jugador, no soy el que va a decir que ya hay que ir a buscar a otro jugador.
¿Qué le parece la explosión del fútbol femenino en Chile?
Ojalá que sigan teniendo el mismo apoyo, ojalá que sigan clasificando a más mundiales, que tengamos más jugadoras jugando en el extranjero, porque a la larga lo único que va a significar todo eso es que ellas se valoricen y con eso se valorice el fútbol femenino.
¿Cuando niño miraba raro a una mujer que jugaba fútbol?
Nunca me he planteado esa pregunta. No soy quién para ver raro ninguna profesión. No puedo cuestionar a nadie. No veo por qué se debe mirar raro a una mujer que juegue fútbol. Estamos en un país que vive en democracia y si mi mamá mañana quiere jugar a la pelota, no tendría por qué mirarla feo.
Usted creció, crecimos en realidad, en una sociedad donde sí se miraba mal. ¿Eso cambió?
Cuál es el punto, no entiendo. Es que no sé quién lo miraba mal. Yo hace 15 ó 20 años, tenía 20 y nunca miré mal a nadie por eso. A esa edad no era nadie para decirle a mi mamá o a mi tía o a mi hermana que no jugara a la pelota. No soy quién para prohibirle o exigirle a otra persona qué hacer.
Las seleccionadas dicen que a ellas les costó mucho, porque justamente tuvieron que luchar contra esa visión de mundo...
Pero nuestra sociedad siempre ha sido así y no solamente con el fútbol femenino tiene cuestionamientos, sino también con la política, la alimentación, la educación, en todo ámbito. Entre ustedes también. Discriminan a la mujer periodista, a la mujer que tiene opinión. Entonces debieran hacerse la misma pregunta y no solamente relacionarla a la mujer que juega fútbol.
Hace unos días La Tercera publicó una entrevista a Fernanda Pinilla, referente de las Rojas. ¿La pudo leer?
No.
Relata su lucha y la de muchas por incrustarse en el mundo del fútbol. También habla de lo duro que fue hacer pública su homosexualidad y que ella sabe que para los hombres es más duro aún...
Te digo lo mismo de hace dos minutos. No soy quién para recriminar, discriminar, aceptar, obligar. Me imagino lo que les costó a ellas y a todas las mujeres del fútbol femenino. A todos nos ha costado... a todos nos ha costado... Pero ponerme a responder sobre la homosexualidad de Juanito, de Pedrito, de Camilita, de Danielita, no viene al caso.
¿Pero cómo se aborda la homosexualidad en el fútbol masculino? Asumiendo que existe y se oculta...
Es que yo soy jugador de fútbol, no soy investigador. Tendría que ponerme en el baño a mirarles el paquete a todos los que se bañan y decir, "oye, me gustó esta; esta es muy chica, es muy grande". Y yo no soy así.
¿Y usted alguna vez se sintió discriminado, por cualquier tema?
Que yo recuerde, no.