Cobresal 4 - Wanderers 1

Cobresal: S. López 5; J. Contreras 4, R. González 5, F. Rojas 5, M. Jorquera 4; M. Orlando 4 (59', L. Maldonado 4) , R. Ureña 4 (74', V. Sarabia 4 ), L. Corro 5, F. Castro 4; E. Cantero 6 , J. Gaete 6 (71', C. Mesías 5 ) DT: G. Huerta 6.

Wanderers: M. Viana 4; J. Soto 3, M. López 3, E. Luna 4, B. Cerezo 2; L. Valenzuela 4 (45', M. Fernández 3),F. Alarcón 4, M. Medel 4, M. Marín 4 (73', A. Cuadra 3 ); R. Castro 3 (73', R. Viotti 3 ), E. Gutiérrez 5 (45', M. Fernández 3 ). DT: M. Ramírez 3.

Goles: 0-1, 2', Gutiérrez dispara con mucha potencia desde fuera del área, asistencia de Marín. 1-1, 10' Gaete define fuerte a la derecha con un gran remate. 2-1, 16', Cantero define una gran volea desde la derecha y sin ángulo 3-1 , 90'+1', Mesías anota de cabeza. 4-1, 90'+5', Cantero de penal.

Arbitro: Felipe González 4, amonestó a Corro, González y Cantero (CO), Soto y Cuadra (SW). Expulsó a Cerezo con roja directa.

El Cobre: 800 personas.

Clasificado Cobresal, por un global de 4-3, tras perder 2-0 en la ida.

Una hazaña. Un milagro. Palabras que describen lo hecho por Cobresal ante Santiago Wanderers. Faltando cinco minutos para que finalizara el encuentro, el Decano estaba clasificando. En algún momento estuvo 3 a 0 arriba en el marcador global. Pero el amor propio de los locales torció el destino. Dos goles en el epílogo los depositaron en la definición por el ascenso a Primera División. El 4-1 definitivo, que estableció el 4-3 global, provocó un estallido en una ciudad acostumbrada al silencio. Así es el fútbol.

El primer tiempo estuvo repleto de emociones. Ambos equipos, con ideas diferentes para atacar, ofrecieron un gran espectáculo. Por un lado, los caturros trataban de asociarse y avanzar en bloque a campo contrario. Se adelantaron en el marcador apenas comenzó el encuentro. Un remate con mucha potencia de Enzo Gutiérrez que se incrustó en el ángulo.

En cambio, los mineros intentaron un juego directo. La velocidad de sus extremos y la cancha lenta que frenaba la pelota tentaban a los volantes locales a aprovechar el pase largo. No se desesperaron luego de quedar tempranamente abajo en el resultado. Los dirigidos por Gustavo Huerta dieron vuelta el partido con dos golazos. El primero fue un gran tiro de Juan Gaete que dejó sin opciones al arquero rival. El segundo, una volea sin ángulo de Ever Cantero que definió como Marco Van Basten en 1988 al segundo palo.

La segunda mitad fue de menor nivel. Las emociones estaban reservadas para el final. Cobresal solo necesitaba un gol para llevar la definición a penales. Pero el cuadro porteño se defendió bien y los pases largos de los locales ya no hacían tanto daño.

Cuando todo parecía augurar una tarde amarga para los mineros, el fútbol le guiñó el ojo a los locales y les tendió una mano. Esa que hace tan lindo este deporte. El juego de los imponderables y de los sentimientos. Un estado de ánimo que cambia constantemente. Como lo definió Dante Panzeri: "La dinámica de lo impensado". Un cabezazo de Mesías, que honró a su apellido, en el primer minuto de descuento, se hizo presente para redimir a sus compañeros y obligar, aunque sea, la definición por penales. Pero el destino tenía otra sorpresa. Un minuto después, Cerezo comete un infantil penal y les da la oportunidad soñada a los mineros. Cantero agarró la pelota y le pegó con la ilusión de que esa pelota besara la red. Y lo hizo. Gritos de alegría y desahogo. Caras de desconcierto en Wanderers. El fútbol, como tantas veces, te ofrece estos milagros. Ayer, el bendecido fue Cobresal, que sueña con volver a Primera.