La ovación que bajó de las gradas de San Carlos de Apoquindo fue emotiva. Erick Pulgar se iba reemplazado por Claudio Baeza (minuto 78) y la casa que lo tuvo por dos años (2014-15), se vino abajo.
El actual volante de la Fiorentina terminaba así un partido inolvidable. Un duelo que partió mal, cuando recibió una amarilla que lo deja fuera del duelo contra Paraguay (11 de noviembre) y que lo consagró minutos después con dos tantos.
“Aportar con goles siempre es lindo, pero uno trabaja más para el equipo. Aquí ganamos todos o perdemos todos y estoy contento con lo que hicimos hoy”, aseguró el volante en la transmisión oficial. Pero faltaba un detalle; la emoción de Pulgar.
Es que en el estadio lo estaban acompañando sus familiares y amigos y él quería dedicarles a ellos su actuación. “Los goles llegan, uno no los espera. Menos mal que llegaron cuando más los necesitábamos”, confesó Erick. Y mientras hablaba sus ojos se llenaban de lágrimas y su mirada buscaba a sus seres queridos en la tribuna.
Es que no está muerto, quién pelea y el futbolista lo sabe. O, para ser más específico, Arturo Vidal, Claudio Bravo y Gary Medel, entre otros, se lo inculcaron. “Esta Generación Dorada nos enseñó eso, a no dejar de creer”, dijo la figura del encuentro y concluyó que, pese a no poder estar en cancha ante los guaraníes, “vamos a estar con el equipo en todas”.
Chile se mide con la Albirroja en la próxima fecha doble y luego se jugará la vida ante Ecuador el 16 de noviembre. Para ese partido clave, si no hay lesión de por medio, Pulgar podrá estar. Y será bienvenido, pues si la Roja enlaza su tercer triunfo en línea y la Tricolor vuelve a caer ante los llaneros en Quito, quedará a un punto de los dirigidos por Gustavo Alfaro.