¿Cómo ha sido su cambio de trabajo?
Ha sido bonito, hasta ahora muy bueno. De repente me inquieto, porque hay movimientos muy lentos en el Congreso, pero en las semanas distritales nos movemos mucho. Lo he disfrutado y eso es primordial para mí.
¿No le ha costado adaptarse al Congreso?
No, para nada. Creo que hay cosas que una no comparte, pero también creo que cuando uno asume un nuevo rol es una la que debe partir desde la perspectiva de que debes hacerlo bien y, sobre todo, disfrutarlo. Si bien yo no vengo del mundo político, ni tengo familiares que vengan de ahí, creo que hoy el Parlamento tiene muchos rostros nuevos con ganas de trabajar y cambiarle la cara a la política, que es bastante fea para muchos.
¿Qué es más difícil: preparar un maratón o una semana distrital?
Preparar un maratón. No solo por el tiempo y dedicación que requiere, sino porque en el deporte uno siempre está con la presión de cumplir con objetivos, kilómetros diarios, marcas. En la política, siento que a veces es superlento, por ejemplo, en temas legislativos, recién ahora se están viendo más proyectos de ley entrando en discusión de forma seria. Al principio me pasaba que sentía que estaba toda la mañana en el Congreso sin hacer nada, pero es porque yo vengo de otro mundo, donde tenías que cumplir con objetivos todo el día.
¿Fue un desacierto el "Chilezuela"?
Fue un tema que ya pasó. Me sirvió mucho de experiencia, porque como no vengo del mundo político y siempre he dicho lo que pienso y lo que siento, quizás no fue la forma correcta de expresarme.
Para mí es un capítulo que ya se cerró, pero lo más probable es que dentro de algunos años lo vuelvan a recordar.
¿La atacaron mucho?
Sí, pero estoy superconsciente de que en este mundo al que ahora entré muchas veces hay violencia en las redes sociales. Es lo que te toca por estar en política.
¿Es feminista?
Sí, por supuesto. Soy feminista, defiendo los temas de las mujeres, pero quizás de una forma distinta a la que hoy hemos visto en los medios de comunicación. No critico las formas de manifestarse, pero tampoco las comparto.
¿Cree que sin la ola feminista y, sobre todo, sin las manifestaciones de las mujeres mostrando los pechos en la Facultad de Artes de la PUC se habría debatido tanto sobre el tema en Chile?
No lo sabemos, puede que sí y puede que no. Creo que fue una buena forma de hacer el llamado, pero ahí uno piensa en por qué llegar a tanto para eso. Pero estuvo bien, porque ahora todos los días se habla de eso. Aunque hay cosas que no comparto, respeto de lo que hicieron. La sociedad ya está cambiando, pero no podemos esperar que de un día para otro cambie todo. En el deporte, demoraba incluso años en mejorar una marca, aquí ocurre lo mismo.
¿Cómo define su feminismo?
Va hacia el diálogo, al respeto. Soy mamá de cinco hijos y cuatro son mujeres, entonces para mí es importante que el día de mañana todas ellas puedan defenderse frente a estos temas, pero siempre con el respeto por delante. Los padres somos los primeros responsables en plantearles todos esos temas a los niños.
Usted denunció en la revista Sábado los constantes abusos sexuales que sufrió siendo niña. ¿Siente que fue la primera señal para iniciar la ola de denuncias en el tema de abusos?
Quizás fue un aporte para poder abrir el debate sobre estos temas, pero no olvidemos que antes estaba James Hamilton y todos los abusados por los curas de la Iglesia, que lucharon mucho para lograr lo que consiguieron este año. Cuando se publicó la entrevista, una cantidad enorme de mujeres me escribió para contarme sus experiencias y es increíble el número de personas abusadas.
Natalia Duco, otra referente femenina del deporte chileno es acusada de dopaje. ¿Qué piensa?
No soy quién para juzgar a nadie, pero creo que los deportistas necesitan todo nuestro apoyo, en las buenas y en las malas. Estamos acostumbrados a apoyar cuando hay logros. Me duele leer este tipo de noticias porque amo al deporte y respeto a los deportistas, porque conozco el esfuerzo que realizan para dedicarse a esta actividad, que muchas veces es ingrata.
¿Se comunicó con ella?
No. He tenido muchas ganas, pero por un tema de respeto no lo he hecho. Imagino cómo debe estar, estas situaciones no son fáciles.
Usted compitió contra deportistas que se dopaban. ¿Se puede justificar la trampa?
No justifico nada. Siempre que tuve una diferencia con un deportista, lo hice con él. No olvidemos que antes también han salido deportistas con adversos y mi postura siempre fue la misma. Quizás sentí muchas veces esa indignación, pero ellas eran mis colegas, algunas mis compatriotas. Cuentan con todo mi apoyo, en las buenas y en las malas, porque muchas veces hemos tenido que trabajar en silencio y solitos.