Cómo esté, donde esté y de donde sea. Da la impresión de que Erling Haaland jamás se hará problemas a la hora de definir. Se pueden agregar más consideraciones. En la cancha que sea, en la competencia que sea y ante el rival que le pongan enfrente. El resultado está destinado a ser el mismo: gol del Vikingo. Lo viene demostrando hace varias temporadas. Desde sus pasos por el Molde, en Noruega, su país, y el Salzburgo, en Austria, hasta su ya consagratorio período en el Borussia Dortmund. En Alemania, de hecho, se cansó de convertir.

El gol para Haaland parece ser un recurso inagotable. Después de haber triunfado en la Bundesliga, dio el gran salto. En junio, el Manchester City lo anunció como su principal incorporación para esta temporada. Los números, como casi todos los que se vinculan al equipo inglés, son estratosféricos: 60 millones por el pase al equipo germano y 20 millones de la moneda comunitaria por cada una de las cinco temporadas en que se lucirá en el Etihad Stadium al jugador. Sin embargo, pese a los abultados que parecen, ya es dable pensar que el club inglés pagó poco para reclutar a una figura de tamaño nivel.

Haaland fue la figura de la victoria de los Citizens sobre el Sevilla. Marcó dos goles, en los 20′ y en los 67′. En ambas anotaciones, mostró la frialdad que le caracteriza . Y añadió un nuevo hito a su registro personal: con la camiseta celeste sumó un nuevo debut goleador en la Champions a los que ya había registrado con el Salzburgo y el Dortmund. Sin embargo, ese dato parece solo anecdótico ante la temporada de locura que está teniendo la trituradora que Josep Guardiola echó a andar para aspirar al gran objetivo que tiene pendiente: ganar la Champions con el multimillonario equipo inglés.

Números que impactan

Decir que casi todo lo que toca lo convierte en gol en el caso de Haaland no parece descabellado. En esta temporada, su productividad es, sencillamente, impresionante. El delantero suma 12 goles en 8 partidos. Los 10 primeros, en los seis encuentros que ha disputado en la Premier: hat-tricks frente a Crystal Palace y el Nottingham Forrest, doblete al West Ham United y anotaciones individuales ante el Newcastle United y el Aston Villa.

Se puede decir, también sin temor a caer en exageraciones ni en imprecisiones, que Haaland lo ha hecho todo en la cancha: ha marcado goles como local y visitante, es el goleador indiscutido de la Premier y también ha aportado en el ítem de las asistencias.

De paso, su productividad ha disipado la principal duda que se tenía en el momento en el que el City inició las gestiones para ficharlo: su adaptación a la idea de juego de Guardiola, que privilegia a los jugadores más asociativos. Los más escépticos, de hecho, decían que al ariete le acostumbraba mucho más jugar al contraataque, para aprovechar con su potencia los espacios que sus rivales le ofrecieran. Esa descripción no calza en lo absoluto con la protagónica propuesta de Pep, que, además, privilegia la posesión del balón. Igualmente, apuntaban que una de las principales virtudes de Haaland es su disposición a perfeccionarse. Y que lo había hecho. “Su avance en el remate de cabeza, uno de sus puntos débiles, es la prueba de ello. No creo que tenga problemas para adaptarse al estilo de Guardiola porque es un jugador completo”, decía Ezequiel Daray, analista de la Bundesliga para la Deutsche Welle en Alemania a El Deportivo, cuando el fichaje recién se había concretado.

A los involucrados, poco les importó. Cada uno, en rigor, ha puesto un poco de su parte para que la fórmula funcione. Y, que duda cabe, todo marcha de acuerdo a las expectativas. Ante el Sevilla, un equipo que en las últimas temporadas viene ganándose el respeto de Europa, el City pasó la máquina. Una trituradora construida en Noruega que en esta temporada parece estar dispuesta a arrasar con todo lo que se le ponga enfrente.

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