A Joaquín Muñoz seguramente le costó mucho conciliar el sueño la noche del sábado. Parecía que la final de la Copa Chile terminaba en blanco, pero el arquero de Audax Italiano cometió un error garrafal, de esos que dan vueltas en la cabeza una y otra vez, como una verdadera pesadilla.

Se jugaban los descuentos del partido de ida, en La Florida, cuando un suave centro de Luis Jiménez, volante de Palestino, se le soltó de las manos al meta audino. El rebote lo capturó dentro del área el delantero Diego Vallejos, quien anotó la única cifra y le dio el triunfo al equipo árabe, que a esas alturas ya jugaba con uno menos.

Muñoz no lo podía creer. Miraba hacia el cielo y luego al suelo. Silente, movía la cabeza de lado a lado. Sabía que era responsable de una dura derrota.

La otra cara de la moneda la vivió Vallejos. El delantero, que jugó varios años en el club verde, está a préstamo en el cuadro de La Cisterna. Su pase es de Universidad Católica, donde tuvo un decepcionante pasar en 2017.

Por su pasado audino, el atacante no celebró la conquista. Al final, valoró el triunfo que los acerca a un título: "Estábamos con un hombre menos. Había que entregarse al máximo. Fue una jugada fortuita, de delantero, me quedó, estuve ahí y definí de buena manera. Esto sigue abierto".

La revancha es el próximo sábado en el Municipal de La Cisterna.