Domingo 6.40 am. Estación metro Alcántara. El servicio abrió hace unos minutos. No suele funcionar los domingos a esa hora, pero no es un día cualquiera. Es el día del Maratón. El metro se comienza a llenar de corredores vestidos con la polera azul. La mayoría conversa animadamente, otros escuchan música y otros aguardan en silencio. Al fondo del vagón se escucha a unos brasileños. En Pedro de Valdivia se sube otro grupo. Vienen en manada. "Estación Moneda", se escucha por el parlante. Ya son las 7.05, pero afuera sigue oscuro y hace frío. La música suena a todo volumen frente al palacio de Gobierno. Y aparece una masa de corredores calentando, y entre la multitud, banderas de Brasil, más señales del país de la samba.
El EMDS 2018 reunió a 4.600 extranjeros. Y de ellos, 3.273, repartidos en las tres categorías, procedieron de Brasil: 1.174 en los 42K, 1.454 en los 21 y 645 en los 10. Y eso que el evento chileno coincide con el maratón de São Paulo. ¿Por qué Santiago atrae tanto a los brasileños? Superada la meta, algunos de ellos tratan de explicarlo. "Llegamos el jueves desde Belo Horizonte. Habíamos escuchado de la carrera, así que este año nos coordinamos y decidimos venir", comenta Gracia Russi, una de las integrantes del grupo Moving Body, que viajó especialmente para la cita. Y su compañera Andressa Cipreano agrega: "Estamos sorprendidas del nivel, tanto de la organización como de la seguridad". Sin preguntarles, afirman que el próximo año volverán sí o sí a Santiago.
Gesse André y Ney Leiva, oriundos de Mato Grosso, compraron en agosto del año pasado los pasajes. "Antes era gordo y sedentario, pero gracias a Ney comencé a hacer deporte. En junio corrí el maratón de Río y quedé loco. Allá es muy famoso este maratón de Santiago y ahora entendemos por qué. ¡Es perfecto!", dice sonriendo. A las 21 horas sale su vuelo de regreso, luego de una visita exprés por la capital chilena, que dicen que no olvidarán.
Fernando Jamarne, director de la Asociación Internacional de Maratones y Carreras de Distancia (AIMS), da su versión: "Año a año se suman más brasileños, porque buscan algo distinto y saben que éste es un desafío. Hoy nos prefieren por sobre el maratón de São Paulo, porque valoran la organización que hay detrás".
El brasileño Rodrigo Antúnez acaba de correr su décimo maratón. Ha estado en el de Río, São Paulo y Buenos Aires, pero eligió Santiago para esta ocasión. Su llegada a la meta fue emocionante. Cruzó y se arrodilló llorando, no se lo podía creer: "Para mí esta es el mejor maratón de América Latina, por lejos. No le veo el pero. Llevo cuatro meses preparando esta carrera y cada esfuerzo valió la pena. Me parece increíble la organización, y el clima es ideal". Cosa que comparte Antonio Almeida, oriundo de Castanhal, quien corre hace más de 22 años. Había competido en Santiago en 2012, y quedó con ganas de regresar, así que este año decidió volver. "La ruta fue distinta, me gustó. Se notan los avances, ahora es más profesional", comentó.