“Es nuestra heroína”: las glorias del deporte nacional despiden a Marlene Ahrens
Deportistas de todas las épocas, desde Jorge Grosser a Paola Muñoz, destacan el legado que la multifacética atleta dejó para el olimpismo chileno.
Nadie, ningún deportista en Chile o conocedor de las proezas de sus protagonistas, ha quedado alejado del pesar por la muerte de Marlene Ahrens. La multifacética medallista de plata en Melbourne 56 en el lanzamiento de la jabalina fue una referente para el olimpismo nacional, que vio en ella una protagonista inagotable, fuente de inspiración durante décadas para el Team Chile y que ciertamente continuará extendiendo su legado.
“Nunca la vi perder. Era siempre favorita, imbatible en Sudamérica”, recuerda el destacado mediofondista Jorge Grosser. Aunque cuando Ahrens se hizo de un nombre mundial en Australia él apenas tenía 10 años, el actual formador de talentos atléticos vivió de cerca algunas competencias en las que fueron parte del equipo.
“Éramos generacionalmente distintos, pero recuerdo que una vez fuimos a Perú, en la época en que se hacían torneos binacionales y ahí competí con ella. No éramos cercanos, pero para mí era ver una leyenda, un ídolo. Teníamos una relación de maestra a discípulo”, recuerda el también olímpico en los 1.500 de México 68.
Otro ex deportista que también compartió con ella fue Pablo Squella. El ex ministro del Deporte y también mediofondista dice haberla visto siempre como una referente de los valores de la actividad deportiva. “Tuve la suerte de conocerla en varios eventos en los que coincidimos. Ella siempre tuvo palabras para los más chicos. Era muy cariñosa, felicitaba siempre a los deportistas jóvenes. Siempre tiradora para adelante”, destaca el múltiple campeón Sudamericano en los 400 y 400 metros valla.
Talentosa, de una voz amable y un carácter fuerte, es también la gran referente del Club Manquehue, del que formó parte siempre. El ex lanzador de bala Gert Weil, ahora dirigente de la institución de Vitacura, la eleva como una de las más grandes de la historia nacional.
“Su influencia es enorme y no la acotaría solo a los lanzamientos, ni al atletismo, porque ella representa todos los deportistas. Si pensamos en mujeres olímpicas, ella es la primera que se viene a la cabeza”, dice el ex hombre más fuerte de Chile. En el club, ella y su familia fueron y son de los más queridos, sobre todo por sus valores.
“Sufrió discriminación cuando el deporte estaba más restringido. No era un dulce, no le venían con cosas. Era muy recta, siempre luchó por los derechos de las mujeres. Es una representante moral del movimiento olímpico mundial”, agrega.
El orgullo de todas
La figura de Marlene trasciende tanto que incluso deportistas de otras áreas se inspiran en ella. Su preponderancia como mujer, en una época en que el machismo golpeaba a la sociedad mucho más que ahora, la elevó como un ejemplo para todas.
La ciclista Paola Muñoz es una de sus devotas. “Me tocó compartir con ella en varios eventos que hizo el COCh y el Ministerio del Deporte para nosotras y siempre nos contó cómo fue enfrentarse a abrir el espacio para poder llegar a donde llegó”, cuenta la ciclista.
“Es mi ídola máxima. Es nuestra heroína de verdad. Una mujer que tuvo que ser tres veces más fuerte para poder lograr el hito. Una mujer admirable, una dama, porque además de ser deportista, fue madre, abuela y bisabuela”, elogia la campeona panamericana y sudamericana de ciclismo de ruta.
La diputada y ex maratonista Érika Olivera es otra de sus seguidoras. “Ella abrió este camino para nosotras, junto a Anita Lizama. Denunció un hecho de acoso y le costó no ir a los JJ.OO. del 64, prácticamente su carrera olímpica se cortó ahí. Era la única mujer dentro de los equipos. Fue una mujer muy valiente, no se calló y eso la hace una mujer muy importante” dice la cinco veces olímpica, quien representó a Chile junto en los Panamericanos de Mar del Plata 95, con Marlene en la equitación.
Francisca Crovetto, reciente Premio del Deporte, es otra que vio en ella una de sus principales fuentes de inspiración. “Su medalla caló hondo en quienes presenciaron esa proeza, pero también en todas las otras generaciones posteriores, como la mía. Era una persona de gran calidad humana, muy sencilla. Su rol como persona traspasó los años y mantiene su legado. La inspiración de todas es ser la segunda Marlene Ahrens”, asegura la skeetera, ya clasificada a Tokio.
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