Marcelo Gallardo vivió uno de sus últimos compromisos como técnico de River Plate. El Muñeco, quien hace unas semanas anunció que no renovará en el cuadro Millonario, visitó el estadio Sausalito para medirse frente a Colo Colo, en el marco de una gira de amistosos que también lo pondrá frente al Betis de Manuel Pellegrini.
Los casi 20 mil fanáticos que llegaron a Viña del Mar, en su mayoría hinchas del Cacique, reconocieron los logros del técnico que va saliendo de River. Lo aplaudieron cuando ingresó al campo de juego, en una señal de reconocimiento a su exitoso periodo en el cuadro de Buenos Aires. En el ex equipo de Marcelo Salas obtuvo siete títulos nacionales (un Campeonato de Primera División, tres Copas Argentina, dos Supercopas Argentina y un Trofeo de Campeones). En el plano internacional anotó otros siete títulos (dos Copas Libertadores, una Copa Sudamericana, tres Recopas Sudamericanas y una Suruga Bank).
En la cancha del Sausalito, sin embargo, Gallardo parecía no estar disfrutando el partido. Se le veía ofuscado, con un rostro molesto. River Plate se imponía con comodidad por 2-0 y ni siquiera la ventaja lo hizo relajar su postura. Su incomodidad, que la evidenció con gestos tocándose la cara, se hizo más notoria cuando el Cacique se puso en ventaja (3-2) en apenas cinco minutos. El duelo a esa altura ya tenía pierna fuerte. De amistoso, poco y nada.
Una vez finalizado el primero tiempo, Marcelo Gallardo se retiró del campo de juego muy molesto. A esa altura, muchos pensaban que el DT estaba ofuscado por la evidente posición de adelanto de Emiliano Amor, que desestimó el juez asistente, en la anotación que permitió la igualdad del Cacique.
Gallardo, sin embargo, no se fue directo al camarín de River Plate. Esperó junto a parte de su cuerpo técnico en una escalera que conecta la cancha con los vestuarios. Estuvo cerca de cinco minutos, esperando. Miraba de reojo, a ratos agachándose para ver quién venía desde la cancha. Los jugadores del Cacique y de su elenco pasaban, sin prestarle mucha atención. Jaime Pizarro, el ex futbolista, se paseaba para preguntar por su hijo, Vicente, que minutos antes salió lesionado de una rodilla.
El técnico de River Plate, sin embargo, fijó su mirada cuando los jueces del encuentro se acercaron a la escalera que unía a los camarínes. Al ver a Claudio Ríos, el juez de línea de Roberto Tobar, el Muñeco perdió la compostura.
Es que según la información recabada por El Deportivo, Gallardo no esperó a los árbitros para cuestionar alguna jugada del duelo ante Colo Colo. El técnico quiso pasar cuentas al juez de línea, que fue el mismo que tuvo un rol clave en la polémica eliminación ante Vélez Sarsfield, en julio del presente año, en los octavos de final de la Copa Libertadores. Sus dardos lo apuntaron directamente, mientras Tobar esperaba. “Es peligroso que existan profesionales como tú”, “se supone que eres un profesional” fueron algunos de los reproches del transandino. El juez de línea no respondió y solo escuchó con atención al estratega, según cuentan miembros del cuerpo técnico de ambos planteles que estaban presentes.
Gallardo no olvida la dolorosa y polémica eliminación frente a Vélez Sarsfield. El compromiso contó con el arbitraje del chileno Roberto Tobar, quien anuló un gol de Matías Suárez por indicación de Claudio Ríos, en la recta final del segundo tiempo, en una anotación que enviaba la definición de la serie a la tanda de penales.
El atacante le ganó la posición al defensa Francisco Ortega y conectó de cabeza para desatar la locura en el estadio Monumental. Sin embargo, en el momento que los fanáticos millonarios ya pensaban en un segundo gol que los clasificara directamente, sonó el auricular de Roberto Tobar. El VAR advirtió al árbitro chileno de una mano de Suárez tras el cabezazo. En cerca de cinco minutos de deliberación, el juez revisó imágenes desde distintos ángulos e incluso tomas congeladas, y finalmente resolvió con la anulación del gol de River Plate.
El día después del encuentro, la Conmebol reveló los audios del VAR de la polémica jugada. En estos diálogos, Tobar aseguraba que no consideraba que fuese mano, que el gol le parecía válido, además de insistir en que no ve dónde golpea el balón. Por su parte, el AVAR brasileño Braulio Da Silva Machado le repetía que “la pelota se desvía en el brazo del jugador”. Frente a tal escenario, el juez en cancha le pidió ayuda a su asistente Claudio Ríos, el mismo que fue increpado por Gallardo en el el Sausalito, tal como indican los protocolos cuando tiene dudas, y este último le ratificó la mano del delantero de River Plate.
Gallardo, en aquella oportunidad, no escondió su molestia. “No tengo muchas más cosas para decir porque no me sale otra cosa que hoy fuimos perjudicados por esa jugada, por ese fallo que no se ve, no hay claridad”, dijo el DT.
Sus críticas continuaron: “El poco criterio que hay, de tanto parate, tanta revisión, tanto corte, le termina haciendo daño al fútbol porque se juega tan poco”, agregó. “Hoy éramos nosotros los que necesitábamos el tiempo, pero mañana le pasa a otro. El no tener criterio para manejar esas cuestiones terminan dañando el espíritu del fútbol”, concluyó el DT que aprovechó el reencuentro en Viña del Mar para pasar la cuenta.