Una de las postales de la edición 2024 del Challenger de Santiago fue la descalificación del argentino Renzo Olivo (286°), quien tras un cobro del árbitro explotó en una de las canchas secundarias del Club Manquehue luego de que perdiera un juego por haber tocado la malla en un punto de quiebre. Trató al juez de delincuente y le tiró una patada a la silla en donde este dirigía el partido, provocando finalmente que el supervisor lo dejara fuera del torneo.
Olivo asume que su comportamiento estuvo mal, pero es claro en apuntar que la ATP y los árbitros abusan de su poder, principalmente porque nadie puede castigarlos a ellos por sus errores. El tenista es enfático en que no tocó la malla y que el juez se lo tomó “personal”.
“El árbitro empeora la situación. El partido estaba calmo, el otro (Orlando Luz) estaba jugando muy bien y yo estaba subiendo mi nivel. Cobrar un touch a la red donde no toco, en un break point, tiene que venir de alguien que tiene malas intenciones, quiero intentar ser lo más respetuoso posible. Si es algo que tocó puede haber sido el polvo porque acá se me enterró el pie y queda como el polvo removido un poco para adelante. Es un error muy grande de su parte”, arranca diciendo el trasandino al medio Clay.
Frase que después acompaña de otra potente declaración, donde cuestiona el poco control que hay sobre las decisiones de los jueces. “Yo tuve reacciones instantáneas que no justifico. Dije lo que dije (”es un delincuente”) a mi entrenador, no directamente al juez como él señaló al supervisor. Pero esa reacción nace de su fallo grosero. Me hago cargo de mi error, pero no sé quien se hace cargo del error de los árbitros”, menciona.
Ahí es donde el ex 78 del mundo comienza a cuestionar las actitudes del umpire Rafael Maia. “Él me provoca, me habla arriba, de manera sarcástica. También él le dice al supervisor que yo le dije (“delincuente”) en la cara. Eso es una mentira de su parte. Si el árbitro hubiese reaccionado distinto, yo por ahí no hubiese pataleado lo que pataleé. Voy a pedir por favor que no me arbitre más porque siempre pasa algo..si a un árbitro le ganan las emociones ahí está jodido. El jugador generalmente es el que le gana las emociones porque está con la adrenalina alta y el árbitro es el que tendría que manejar la situación con calma”, reflexionó en torno a su relación con el juez.
Finalmente, también habló sobre la serie de sanciones que recibió y las que podrían llegar próximamente. Además de quedar fuera del cuadro de singles, no podrá jugar el dobles y arriesga una sanción de hasta 10.000 dólares, cerca de 10 millones de pesos.
“Me entero a la noche que me bajaron del doble sin avisarme nada. Ahora me tengo que también aguantar la multa, lo cual me parece totalmente injusto. La situación es completamente dolorosa porque yo cometí el error, pagué con default, pagué con el dobles, y encima tengo que pagar una multa. Tanto castigo a los jugadores siento que es un abuso de poder de la ATP y de los árbitros. No tenemos ningún tipo de defensa”, disparó.