El escándalo remece a Brasil. Bruno Henrique, delantero de Flamengo, el equipo más popular del país más grande de Sudamérica y donde milita el chileno Erick Pulgar, está siendo investigado por un escándalo relacionado con las apuestas ilegales.

La policía realiza las respectivas indagatorias, lo que incluye la interceptación de las comunicaciones del futbolista. Las pesquisas han permitido detectar comportamientos cuestionables de parte del astro.

Conversaciones dudosas

Los peritajes se han extendido, también, a su entorno. De esta forma, en el teléfono móvil de su hermano, Wander Nunes Pinto Júnior, se han encontrado mensajes que sitúan a Bruno Henrique en el centro de una trama compleja. El futbolista está imputado por fraude y estafa en una competición deportiva.

La Policía Federal brasileña ha revisado 3.989 conversaciones del jugador a través de la plataforma de mensajería WhatsApp. Varias de ellas aparecen como borradas o eliminadas, un posible indicio de la pretensión de ocupar información.

“En el aparato de Wander Nunes Pinto Júnior, se identificaron diálogos que muestran la participación de Bruno Henrique en el esquema para recibir una tarjeta amarilla durante el partido contra el Santos, válido por el Campeonato Brasileño de 2023″, consigna la publicación Metrópoles. “Cuando te manden recibir la tercera tarjeta (en el Brasileirao), llámanos“, es uno de los mensajes que se detectaron.

Esa es una de las principales pruebas que se citan para inculpar al jugador.

El contexto

En noviembre de 2024, la policía había efectuado una operación que incluyó varias órdenes de allanamiento. Entre los inmuebles que fueron exhaustivamente revisados figuran la casa de Henrique en Rio de Janeiro y el espacio que ocupa en el centro de entrenamiento del Flamengo.

Además del jugador, de 34 años, las diligencias abarcaron a los apostadores. La violación del principio de incertidumbre del resultado deportivo es un delito penado con dos a seis años de prisión.

El aviso que dio inicio a la investigación había sido dado por la Unidad de Integridad de la Confederación Brasileña de Fútbol.

Según las indagatorias, el hermano, la cuñada y la prima del jugador habrían creado cuentas en casas de apuestas virtuales el día antes del partido y habrían apostado por una amonestación del futbolista, un patrón también detectado en cuentas de otros sospechosos.